Capitulo 34

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Los días fueron pasando lentamente, Evan hablaba con Ámbar todas las noches, se quedaban largas horas charlando, como si estuvieran viéndose realmente, se despedían cientos de veces, hasta que alguno de los dos decidía cortar al fin.

_ Te veré mañana amor, no paro de contar las horas para tenerte en mis brazos.

_ Al igual yo, creo que no dormire, por temor a que sea solo un sueño.

_ No, debes descansar, nuestro hijo se lo merece, aparte, pienso quitarte todas esas energías.

_ Jaja no seas atrevido Evan, soy una mujer embarazada, debes guardarme respeto.

_ Ya veremos!!, descansa amor mío, mañana temprano estaré allí contigo.

_ Aquí te espero, descansa mi vida, yo soñaré contigo.

_ De seguro que yo tambien, te amo.

_ Tambien te amo, duerme ya.

Todas esas demostraciones de amor mutuo, eran las más sinceras, solo que Evan ahora debía comportarse como un hombre con doble vida, para no herir a ninguna de las dos mujeres que habían incursionado en su vida, por un lado Jesica no sabría que Ámbar había regresado, por el otro Ámbar no conocería la verdad, de que Evan había vuelto con Jesica y que estaba embarazada al igual que ella.

Debía ser muy meticuloso en lo que hacía, hasta llegado el momento justo, donde decidiría como enfrentar la situación con ambas mujeres.

El reencuentro fue muy apasionado, Evan cada vez se sentía más perdido por esa mujer, estaba enloqueciendo de amor, y ella al igual que él. Eran la pareja perfecta, y la más feliz sobre la faz de la tierra, Ámbar vivía en un sueño del que no quería ser despertada, pero que a la vez era ahora su realidad.

Los meses pasaban y aún seguían viéndose solo los fines de semana, su vientre ya podía notarse a simple vista, las primeras pataditas la llenaban de alegría.

_ No quiero importunarte Evan, pero cuando iré contigo?

_ Mmmm....falta poco, cariño, solo dame unas semanas más.

_ Sí, claro. _dijo agachando la cabeza.

_ Mirame, ya falta poco, solo tengo que terminar unos detalles y listo.

_ Esta bien, no volveré a mencionarlo.

_ Gracias por esperarme y entenderme.

Al momento de regresar Jesica ya estaba instalada en la casa, haciendo uso de ella, como si ya fuera la dueña y ama del lugar.

_ Veo que te has puesto cómoda.

_ Te molesta?

_ No, pero no me agrada que me invadan.

_ Lo siento, pero creo que debemos sentarnos y hablar, estoy con los preparativos de la boda, y no es justo que tú no te intereses por como va todo.

_ Mira, lo dejo todo en tus manos, sé que harás lo mejor.

En esta vida noDonde viven las historias. Descúbrelo ahora