"La amiga fea"

Lindo vestido

Capítulo 41

----------Evangeline----------

Mi corazón empieza a bombear sangre más rápido de lo normal. Aprieto la mano de Steve y el hace lo mismo. Los grandes ojos azules de Zaid me miran fijamente. Me recorren de pies ha cabeza, resopla y por fin dice algo.

-Que... Agradable sorpresa.- nos dice mientras se baja de la moto.
-No tan agradable.- le responde Steve.
-Me dirigía a la señorita.- me regala una media sonrisa.

La rubia que esta parada a un lado de el le toma de la mano y le planta un beso en la comisura del labio, se cuelga de su hombro y sonríe enseñando toda su dentadura. Zaid la regresa a ver y de inmediato vuelve su mirada para nosotros.
Me estoy perdiendo es su mirada. Sus baqueros le ajustan perfectamente a su cadera y su playera azul se ajusta perfectamente a su figura. El momento de silencio se hace más largo de lo normal. Siento la penetrante mirada de Steve y de Zaid al mismo tiempo.

-Si aquí es la fiesta deberíamos de entrar, Steve.- consigo decir, y me esfuerzo para que mi respiración no parezca agitada.
-Aquí es, cielo.- lo miro y tiene una hermosa y dulce sonrisa dibujada en el rostro.
-Entonces entremos.- giro sobre mis talones y nos volvemos al escuchar la voz de Zaid.
-¡Esperen!. Quisiera presentarles a mi chica...

El corazón se me ha paralizado cuando escucho que la rubia es su chica. Claro, si por un sólo segundo llegue a pensar que el se podía fijar en mi estaba muy equivocada. El sólo sale con esa clase de chicas, no como yo. Las que son como yo sólo sirven para ayudar ha hacer tareas a tipos como Zaid.

-.... Esta es Chantal.- Zaid la presenta y ella parece encantada Steve le tiende la mano y ella la toma, hago lo mismo y me esfuerzo por parecer diplomática.
-Es un placer.- consigo decir.- Ahora, quisiera pasar, cariño.- miro a Steve y el asiente.
-Nos vemos adentro.- Zaid se acerca a mi oído.- lindo vestido.- me susurra.

Giro de nuevo sobre mis talones y caminamos hacia una enorme puerta color blanca. Al entrar escucho un montón de ruido y gritos desenfrenados de un montón de jóvenes, las luces van de acuerdo a la música. ¿Qué fue eso?.- escucho una voz en mi interior.- ¿Desde cuándo le dices "cariño" a Steve?. Desde ahora.- contesto mentalmente.- Se que eso se vio muy celoso de mi parte y que quise jugar a mi pelota es más grande que tu pelota, pero Steve no merece que yo lo traté como si yo fuera un cubo de hielo, Zaid nunca sintió nada por mi, Steve me quiere, y yo tengo que corresponderle igual, el me esta ofreciendo cariño y amor, mientras que Zaid nunca me iba a ofrecer nada.

-¿Quieres algo de beber?.- me pregunta Steve casi gritando.
-Un refresco.- asiente con la cabeza y sonríe.
-Iré a la barra.- me da un tierno beso en la frente.

Steve me ha dejado en una pequeña mesa redonda. Me empiezo a tronar los dedos y veo que se acercan dos chicas rubias y una pelirroja. Me miran y empiezan a cuchichearse entre ellas.

-¿Tu eres la niñita rara, verdad?.- me pregunta una rubia.- Si eres tu. Sólo déjame decirte que te sigues viendo mal...- la detengo antes de que pueda decir algo más.
-Y tu déjame decirte que tanto pedoxido te ha dejado sin cerebro. Estas hueca, oxigenada de salón de quinta.- escucho una bulla de todos y yo me cruzo de brazos
La rubia se queda callada y empieza a refunfuñar. A los pocos segundos llega Steve con dos vasos en sus manos. Viene con esa media sonrisa que lo hace ver tan guapo y sexy.

-¿Qué ha pasado?.- me pregunta mentiras me tiende un vaso con un líquido obscuro.
-Nada.- bajó la mirada y observo los pequeños hielos que flotan.- Y... ¿Qué se hace aquí?.- pregunto un poco aburrida.

Cuando escuchaba hablar a toda la universidad de estas dichosas fiestas, me imaginaba algo más divertido, algo muy hollywoodense. Pero ahora que estoy en una, se me parece algo aburrida, no se que le ven de divertido a todo esto. Hay un montón de chicas despampanantes y chicos realmente sexys. No encajo.