Capítulo 17
-Pero, tu dijiste que llegarías en dos días...¿Porqué la prisa?- le grito.
-Porque quiero estar contigo lo más antes posible Zaid.- me susurra- y me despido que estoy apuesto de subir al avión .
Mi madre cuelga y yo pateo una botella que esta tirada en el piso, me subo a mi moto, me pongo el casco y arranco en dirección al departamento.
~~~~~~~~~~~ Evangeline ~~~~~~~~~~~
Cuando llego a mi casa, Simon se apresura a abrir la puerta trasera del carro, me bajó y hace una reverencia mientras Will estaciona el carro en la cochera. Abro la puerta principal y entro, esta casa es tan grande que podría perderme por días sin que nadie lo note.
-Niña Irlanda- me dice mi nana Ofelia, mientras me besa en la cien. Ofelia me ha cuidado desde que estaba en la panza de mi mamá.
-Hola nana- le digo abrazándola con fuerza.
Nos soltamos y me acomodó el repliegue de mi falda.
Como ya es de costumbre siempre que llego tengo que ir a saludar a mi padre, que esta metido siempre en la biblioteca cuando no es en la empresa. Camino hacia su estudio y abro la puerta. Mi padre es un hombre guapo, luego luego se le nota que en sus años de juventud era muy atractivo, tiene unos ojos verdes, complexión de gallardía y una sonrisa hermosa y perfecta. Me paro de frente a su escritorio con mis manos entrelazadas por detrás de la espalda y con los talones juntos , mientras el fuma su pipa, con un baso de whisky de su lado derecho.
-Ya llegue del instituto padre- le digo con la vista clavada en el piso.
-Bien.- me susurra con la pipa entre los labios, tal parece que esta estudiando unas tablas de valores de la empresa. Esa empresa es el esfuerzo del abuelo del abuelo del abuelo de mi abuelo que ahora es de mi padre, el Sr. Leonardo Escalante.
Salgo de su gran estudio y me dirijo a las escaleras para subir a mi habitación, cuando de repente escucho azotar la puerta principal.
Es mi hermana mayor, Zooey, ella si que es hermosa, tiene unos ojos hermoso color cafés claro igual que los de mi madre, es una chica bastante curvilínea y con un cabello color castillo hermoso que le llega hasta la cadera.
-¡Irlanda!- me grita Zooey. Le hago una seña para que se callé porque papá está en el estudio.
-¡Que va!, ese viejo gruñón- bromea y no podemos contener la risa.
Le hago una seña para que suba a mi cuarto, me toma de la mano y sube conmigo. Zooey no tiene nada que ver con mi personalidad, siempre va al último grito de la moda y tiene bastantes amigos.
-¿Qué hay de nuevo hermana?- me dice quitándose los tacones de doce centímetros y dejándose caer en mi cama.
-Ya sabes lo de siempre, mucha tarea.- le digo tirándole una almohada de terciopelo.
-Oye- me susurra, haciéndome una señal de acercarme a su oído- vamos de compras.
-No sigas con eso, esto está bien para mi- le digo jugando mi falda.
-Irlanda, sabes no hay nada de malo en ponerse ropa más a la moda, ni mucho menos maquillarse un poco, ni cambiar de peinado, y quitarse esas horribles gafas de topo.- me dice tratando de quitarme mis lentes.
-No, es que así me siento fresca, además no quiero perder mi esencia, esta soy yo, y para mi está bien- le digo encogiendo me de hombros- Podemos platicar de ti, mi vida no es tan divertida y lo sabes. - mi hermana hace una mueca de disgusto y después habla.
-Conocí a un nuevo chico, se llama Eduardo, esta guapísimo- me dice.- ¿Y tu?, no hay un chico rondo te por ahí.- me dice alzando su ceja perfectamente bien perfilada. Pienso en Z.... No el no cuenta.
-No pues creo no.- le digo tomando un libro de mi esquinero.
-Ya, mira saldré al centro comercial, ya sabes si quieres ir me avisas.- me dice y sale de mi cuarto con sus tacones en la mano.
Me recuesto en la cama y la sonrisa de Zaid abruma mis pensamientos, ¡Calma!, pienso entre mi, yo no puedo pensar en ese chico, el no es para mi, ni el ni nadie. Me paro y me pongo de frente al espejo.
-Sólo mírate Evangeline- le digo a la chica que esta adentró del espejo.- El esta acostumbrado a chicas guapas y sexys, nunca se fijaría en ti, sólo te busco por interés, porque quiere que le ayudes a pasar su materia e ir a esos olímpicos que tienen de cabeza al instituto.
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Ya es de noche , y se acerca la hora en la que mi madre llegara para instalarse a mi departamento y según ella "pasar tiempo conmigo" , no creo que quiera subirse en Sally ni en La Teta, así que pido un taxi.
Llego muy rápido al aeropuerto y espero a las Sra. Carranza. Sacó mi teléfono y pongo música en los auriculares.
Alzo la mirada y veo bajar por las escaleras eléctricas a una señora de pelo rubio, maquillaje elegante, y un vestido con abrigo largo de diseñador. Me esta sacudiendo su mano en señal de hola, yo la agito sin tato entusiasmo pero aún así veo una patética sonrisa en su rostro, irradiando felicidad de sus ojos azules. Si esa es mi madre una digna señora para gastar e la fortuna de los Carranza, la Sra. Angélica Carranza.
-Mi amor- me estrecha entres sus brazos besandome una mejilla.
-Hola.- susurro sin tanta devoción.
-Tuve que pagar exceso de equipaje, ¡Uff!... ¿Nos vamos?- me dice batallando con seis maletas de diferentes tamaños más parte su bolso de mano.
-Tendremos que tomar un taxi de servicio.- le digo ayudándole con dos de las maletas más grandes.
Tomamos un taxi, le digo mi dirección y asiente con la mirada. Mi madre saca su polvo compacto MAC de su cosmetiquera y espolvorea su nariz.
Llegamos y el taxista gracias a adiós nos ha ayudado a bajar las maletas de mi madre, abro con mis llaves la puerta de mi casa y mi madre entra con paso seguro como si conociera el lugar.
Se sienta en el sofá y revisa sus uñas con un estilo a la francesa.
-Madre- le digo con tono autoritario- para que esto funcioné tenemos que poner reglas.- ¡Oh, Dios!, me siento con el poder que tenía mi madre cuando vivía en su casa... Así que veté acostumbrando Angélica.
-Eso me parece perfecto.- me ve con una media sonrisa.
-Número uno, no refutarás mi hora de salida ni de llegada, dos, respetarás aún más mi privacidad, tres no te meterás en mi vida... Número cuatro nunca ¡NUNCA!, romperás la cuatro..- mi madre me ve con el ceño fruncido pero después habla.
-Esta bien, tu casa tus reglas.- ¡Oh!, si que tengo en control.
Mi madre de para del sofá, toma su bolso y sube las escaleras.
-Si hay inconveniente me gustaría acomodarme lo antes posible en una recámara- me dice mientras llega al piso de arriba.
Me tiro en el sofá exhausto y le mandó un mensaje a Armando, no lo vi en el campus, así que no puede contarle lo de Chantal.
Zaid:
Armando muchas más cosas que contarte XD... Mi madre está aquí, para empezar.
Pulsó enviar y escucho un grito de mi madre. Subo lo más rápido que puedo las escaleras cuando la veo parada frente el vestido manchado de sangre de Chantal, sus manos cubren su boca y sus ojos están abiertos como platos.
-¿Qu... Que es esto Zaid?- mi madre tartamudea jadeando por el miedo.
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"La amiga fea"
Teen FictionAtrévanse a conocer a la amiga fea.... ¿Puedes ser tu una amiga fea?