Estoy en los aros del gimnasio ejecutando la rutina que he estado practicando por más de seis meses, soy uno de los más jóvenes seleccionados por el comité olímpico internacional, esperan mucho de mi, el entrenador Will me a dedicado más tiempo, después de las prácticas diarias
-Bastardo- me grita Armando - Bájate de esos malditos aros, te tengo una noticia.
-¿Qué no vez que estoy ocupado?- le digo sacudiendo la tiza de mis manos.
-Bien, dime a ¿cuantas te cogiste ayer?- la pregunta me hace reír, pero no recuerdo con exactitud.
-Que te valga.
-¿Ya viste a la nueva?- me pregunta
-¿Cuál nueva?- le pregunto acomodando mi pelo.
-Esta que se cae de buena.- me dice mordiéndote los labios- Tiene que ser de uno de nosotros, he investigado su nombre, se llama Chantal, ¡Vaya! Hasta el nombre suena de puta- me dice riéndose.
-Tráela entonces, le daré..... El gusto bueno. Ya lo sabes primero la pruebo yo.
¡Zaid!- me grita el entrenador- que carajos piensas que haces abajo de los aros, sube y muestra esa maldita rutina.
-Creo que te veré luego, Zaid- me dice Armando, saliendo del gimnasio.
-Si vuelves, le diré al maestro de remo que te saquen del equipo olímpico- le grita el entrenador- y tu, vamos sube a los aros ¡Ahora!.
Término la rutina con tres mortales hacia atrás y caigo en la colchoneta de pie, para mi eso ha estado perfecto, una rutina que se merece el oro.
-Zaid, eres atractivo- me dice con calma-.¡Pero eso no impresionara a los malditos jueces!- me grita.- pon más empeño en esta jodida rutina , puedes darme más- me dice tratando de calmarse-. Mañana después de las clases, aquí en el gimnasio, trae todas tus cosas porque entrenaremos más de lo normal, aumentaremos dos horas más, ahora saca tu cochino trasero de mi gimnasio.
Estoy en la ducha de las regaderas, enredó una toalla en mi cadera y me pongo mis bóxers, me miro al espejo, si estoy bueno, no es por ser presumido pero tengo muy buena figura, me he sometido a horas de entrenamiento desde hace mucho tiempo, he llegado a pensar que nací en un gimnasio, abajo de esos malditos aros que han sido mi fantasma desde que tengo tres años. Mi vida parece simple, aros, gimnasia, más aros, más gimnasia, fiestas, borracheras, me cojo a una que otra del instituto, me he cogido ya a más de medio campus, sólo les digo donde, cuándo y cómo y ellas me lo dan, ¡oh si que me lo dan! .
-¡Por aquí!- me gritan Armando y los demás, Armando también es un chico guapo, el remo le ha fortalecido los brazos y las piernas, tiene unos ojos color miel y un cabello castaño, a comparación de los míos que son azules.
Me acerco con paso lento a la mesa donde están ellos, siento como las miradas de las chicas se desvían a mi, tengan o no tengan novio me desean y me gusta ser deseado.
-¿Ahora que?- les pregunto molesto
-Mira, esa es la chica- me dice apuntando hacia una mesa.
-Si, esta buena- le digo, la chica es rubia, tienen unos ojos azules como los míos, pechos y nalgas grandes, una cintura realmente esbelta -se me ocurren algunas cosas.
-Eres un hijo de puta- me dice dándole un jalón a su cigarro- no pierdes nada, tíratela.
-Ya veremos- le digo, arrebatando le el cigarro de la boca, le doy un jalón y me levanto de la mesa- hay luego- les digo, chocando las palmas con ellos.
Me monto a mi Kawasaki Ninja 300, me pongo mi casco, y veo como todos los chicos del estacionamiento me regresan a ver, es claro que ven a Sally mi hermosa Kawasaki Ninja 300, veo también como todas las chicas se derriten al verme acelerar el motor, es inevitable no verme y más con mi complexión.
-Montame en esa papi- me grita una chica.
-Ayer por la noche te dolió- le regreso el grito . Escucho como todos se empiezan a reír, tras mi no tan ofensiva frase.
Acelero la moto y salgo del estacionamiento, hay un semáforo unos metros después, me tengo que detener en uno de ellos, mi departamento está en un fraccionamiento. Cuando llegó el guardia me habré la barra y yo entro, mi departamento es demasiado grande para mi y para Sally, mis padres se están pudriendo en dinero, tienen negocios en todo América latina y parte del extranjero, así que me han comprado un departamento con una alberca, cuatro cuartos, un gimnasio y un cuarto de juegos con un Xbox y un PlayStation, me he encargado de que pongan unos aros en mi gimnasio. Gracias ha este departamento y a mi cuerpo me he convertido en uno de los más populares del instituto. Cuando bajó de mi hermosa moto, me quitó la playera Nike blanca que traigo puesta, se que las chicas del fraccionamiento se asoman a sus ventanas para verme, si tengo todo esto alguien debe de apreciarlo. Abro mi departamento, y me acuesto en la sala, al lado de mi sofá preferido esta mi vitrina de mis tantos trofeos, medallas y reconocimientos, son bastantes una hermosa colección, y esto sin contar de los que tengo en la sala de trofeos de la casa de mis padres, he mandado a blindar el vidrio de mi vitrina para que ningún estúpido se atreva a romperla.
En este preciso momento quiero llamar a alguien para una buena cogida, pero estoy muy cansado, tengo muchas en mi lista de "un rato" las muy malditas hasta han hecho un grupo en el whats app lo titularon "las más abiertas".
Cuando a anochecido prendo el iPod lo conecto al sistema de audio de mi departamento, pongo combinaciones de Dj's y me dirijo a mi gimnasio.
Hago un poco de pesas y de escaladora, cuando he terminado me seco el sudor y me meto a bañar. Salgo de la ducha me pongo sólo mi pants y me acuesto a dormir.
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"La amiga fea"
Teen FictionAtrévanse a conocer a la amiga fea.... ¿Puedes ser tu una amiga fea?