No soy como todas

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Capítulo 30

Término de besarla la retiro de mi cuerpo y la miro fijamente a los ojos. Su mirada es turbia y tiene el ceño fruncido, quiere hablar pero en vez de eso recibo una fuerte cachetada.

-¡No vuelvas ha hacer eso nunca!.- me grita mientras yo me sobo mi mejilla derecha.

-Dame otra.- susurro.

-¿Otra que?.

-Otra cachetada.- vuelvo a susurrar.

-¿Eh?

-Si otra, porque lo pienso volver ha hacer.

Sin darle tiempo de hablar la tomo por la cintura y le plantó otro beso en los labios, lucha por liberarse pero su esfuerzo en nulo. Sólo quiero que se deje llevar. Me toma por los hombros y me empuja.

-¡Eres un idiota!.- me grita.

Como por arte de magia o brujería, el Mercedes entra por el estacionamiento y se para justo enfrente de nosotros.

-Jóvenes, ¿porque están mojados?.- pregunta el señor de seguridad que viene sentado en el asiento del copiloto.- Señorita Evangeline, dije que se quedara en un lugar seguro y seco.- vuelve a decir mientras se baja abriendo un enorme paraguas negro.

Evangeline se mantiene en silencio y después habla.

-Vámonos.- su tono es seco y frío.

Se sube al Mercedes sin decir nada y sin voltear atrás, el Mercedes se aleja mientras yo agito la mano bajo la lluvia diciendo adiós.

Como dije iba a ser realmente estúpido hacer algo así, ahora ni se si quiere seguir hablándome.

Me subo a lo moto y manejo en dirección al departamento.

-------------------Evangeline-----------------

Estoy sentada en la parte de atrás del Mercedes mi vista está clavada fuera de la ventana viendo la lluvia caer.

-¿Señorita?.- me distrae Simón y Will casi preguntando al mismo tiempo.

-¿Si?.- respondo sin dejar de mirar fuera del Mercedes.

-¿Se encuentra usted bien?.- pregunta Simón.

-¿Porqué?

-Señorita jamás la habíamos visto así, estaba, bueno, está muy enojada.- me aclara Will

-¿El joven se propaso?.- me pregunta directamente Simon.

-Estoy bien, gracias.- respondo aún con mi tono frío y seco.Se encogen de hombros y vuelven a permanecer callados.

No, no estoy bien, estoy muy enfadada con Zaid, no puedo creer que piense que puede faltarme el respeto a mi. Tonta. Si Steve se hubiera quedado no iba a pasar esto, y yo no me iba a sentir tan culpable por haberlo golpeado. Pero era lo correcto, el se sobré paso.

El trayecto es largo y muy aburrido, pero finalmente llegamos. Mis ganas por salir del coche y tumbarme en mi cama a revolcarme del coraje me ganan y bajo bruscamente del Mercedes sin que me importé la lluvia que aún sigue cayendo.

-¡Señorita!.- grita Simón abriendo el paraguas negro

Abro la puerta de la mansión y entró azotando la puerta.

En la cocina escucho risas de mi nana Ofelia con las muchachas del servicio y alguien más. Pongo los ojos en blanco y sigo caminando en dirección a las escaleras que conducen a mi cuarto, escucho que la puerta de la cocina se abre mientras Steve sale de ella. Trae puesta una bata muy acogedora, unos pants flojos con sus calentadores y sus pantuflas azul marino. En la mano trae una taza humeante de algún líquido caliente, presiento que es Cocoa mi nana siempre hace Cocoa cuando hay un clima tipo polo norte.

"La amiga fea"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora