Hablemos de amor.

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Capítulo 35

Llego por fin a mi casa. ¡Dios!, que largó fin de semana y apenas es sábado en la noche.

-¿Zaid?- mi madre esta bajando las escaleras una a una cuidadosamente.- ¿Estas bien?.

-Si. Bueno yo....- me paso una mano por el cabello azotando el casco en el piso.- No. No estoy bien.

-¡Oh, hijo!, ven con mamá.- mi madre camina con los brazos abiertos y se sienta aun lado mío mientras me abraza por los hombros.- cuéntame todo.

Niego con la cabeza. No tengo muchas ganas de recordar toda esta mierda. Mi madre de limita a abrazarme aun mas fuerte. Al momento de devolverle el abrazo noto que esta mas delgada y que el cabello se le empieza a caer. Maldito cáncer.

-Oye. ¿Puedo hacerte una pregunta?.- mi madre asienta con la cabeza.- ¿Como vas con las quioterapias?.- mi madre se cruza de brazos y se cierra como una ostra.

-¿Enserio quieres tocar ese tema?.- me susurra. - Zaid, mi cáncer ya esta muy avanzado, ni extrayendo el tumor va a desaparecer.

-Por favor. Hay que intentar todo.- froto la mano de mi madre y ella suelta una lágrima.

-Hijo. Si tu supieras. He ido con los mejores médicos. Yo no quiero morir en un hospital. Yo quiero morir en mi cama, rodeada de mis hijos que tanto amo. Ir a mas médicos significaría vivir en un hospital, y eso es lo que menos quiero. Ahora solo me prolongan la vida un poco mas, me conformo con verte como medallista olímpico...- la interrumpo.

-Madre. Por favor.- ella pone el dedo índice en mis labios.

-Te quiero ver cumpliendo tu sueño. Te quiero ver feliz. Tu hermana ya es todo una mujer y a ti quiero verte equilibrado en la vida. Mi pequeño príncipe azul.- las lágrimas brotan por los hermosos ojos de mi madre pero son acompañadas por una dulce y delicada sonrisa de oreja a oreja.

-Te quiero. Gracias por estar conmigo.- me lanzo a sus brazos.

No puedo creer que me aya privado de todo esto. Del amor. Del amor de una madre. Mi madre.
Aveces los hijos somos malos, me aleje de todo olvidándome de mi familia, y fui un egoísta que quería mas y mas sin importar a quien iba a lastimar. Todo el odio que le tenia a mi madre se desvaneció, ella lo curo con amor. Y si me detengo a pensarlo un poco, el amor es quizá el arma mas poderosa en el mundo.

-¿En que piensas?.- mi madre me susurra al oído.

-En el amor.

-¿Que tiene el amor?

-Nada. Es solo que se tan poco de amor. Y creo estar conociendo un poco mas. Y eso me asusta.

-Hijo. Nadie viene al mundo conociendo ni de amor ni de letras.- me acaricia una mejilla y me sonríe.

-¿Entonces?.- le tomo la mano.- ¿A que venimos al mundo?

-Venimos al mundo para intentar ser felices.- me quita un mechón que cubre mi rostro y me da un beso en la frente.

-¿Para intentar ser felices?. ¿Qué es la felicidad entonces?.- le vuelvo a preguntar.

-Existen muchos significados de felicidad. El mío es distinto que el de otra persona. Pero tu.- me apunta con su dedo índice al lado izquierdo de mi pecho.- debes encontrar tu propio significado de felicidad.

Me acuesto en el regazo de mi madre y ella acaricia mi cabello.

-Duerme.- me susurra.

Y tal parece que sus palabras son mágicas porque en cuestión de segundos caigo rendido en un profundo sueño.

"La amiga fea"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora