La verdad duele

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Capítulo 18

-Recuerda la regla número cuatro, madre- le digo recogiendo el vestido y poniéndolo en el bote de la ropa sucia.

-Zaid, esto es irse a los extremos. Dime que paso aquí- me dice mi madre recuperando la compostura.

-Madre, en serio no es nada, es.... De una conocida- le digo tomándola de los hombros.- ahora que te parece si vamos a cenar, debes de estar muerta de hambre.

Mi madre se aleja del vestido sin darse vuelta y sale de la habitación. Diablos como la señora que hace la limpieza no lo recogió.

Terminamos la cena y mi madre pone los platos en el fregadero.

-No es necesario que los laves, viene una señora.- le digo mientras conecto mi teléfono a la corriente de luz.

-¡Oh!, mi amor quisiera platicar de tantas cosas contigo, empezando por...- mi madre se detiene a media oración

-Por favor no sigas con eso.- la interrumpo alzando el dedo anular.

Mi madre me da un beso de buenas noches como cuando tenía cinco años, me arropa y apaga la luz de mi recámara. Debo de admitir que extrañaba todo esto pero ¿Porqué ahora?...

-¡ZAID!, mi madre me mueve de mi hermoso sueño con ojos azules y verdes.- ¡Es tardisismo hijo!, vamos levántate.

-¡YA!, por favor deja de comportarte como una madre ejemplar que no lo eres ni lo fuiste.- las palabras salen de mi boca sin poderlas contener, la expresión de mi madre es fría y veo como una lágrima corre por su mejilla. Dios, como odió todo esto, jamás debí de haber permitido venir.

Bajó a la sala, me he puesto un pantalón de mezclilla y una playera tipo polo color blanca, veo a mi madre con un sándwich en la mano y con una sonrisa en el rostro.

-Sabes todo lo que me digas no será necesario para que logre que me perdones.- me susurra mi madre dándome un beso en la mejilla y parándose de puntitas para alcanzarme.

-Ya. Bueno no me esperes- le digo tomando las llaves de Sally.

Mi madre me acompaña hasta la cochera y cuando arranco veo como mueve su mano con energía para despedirme.

Cuando llego al instituto me encuentro a Armando con tres chicas en cada brazo. Diablos una chica es Mónica que viene acompañada de su hermana Claudia, y la otra es alguna chica del campus. Mónica no se ve con buena cara aunque trae una falda súper corta.

-Zaid, ella es Alma, amiga de Claudia y. Mónica.- me dice dándome una llamada en la espalda.

-Hola Alma- le digo a la chica en tono seco y frío. Armando me aparta hacia una esquina del estacionamiento.

-Vamos hombre no te portes tan mal con ella, que coge grandioso. Por cierto Mónica será tu pareja esta noche, la convencí y tal parece que también quiere ir. - me dice sacando un cigarro de su cajetilla.

-¡No!, no iré con Mónica, sólo iré con Chantal.- le digo y los ojos de Armani se habrán como platos y se quita el cigarro de entré los labios.

-¡¿Qué?!, ¿Sólo Chantal?.- me susurra

-Si sólo Chantal. Ahora si me permites tengo que ir a romperle la soluciones a una puta- le digo amando en dirección a Mónica y dejando a atrás a Armando que la parecer sigue atónito por mi decisión.- por cierto la fiesta se hará en tu casa en la mía está mi madre.

-Mónica, puedes dejar atrás tus ilusiones de ir conmigo a la fiesta, eres una puta de primera.- le digo con tono incrédulo y dándole un beso brusco.

Camino al segundo piso del campus dejando atrás a las chicas y a Armando que aún sigue con la boca abierta por mi arrebata e inesperada decisión. Sacó mi teléfono y le mandó un mensaje a Chantal.

Zaid: Chantal hoy irás conmigo a la fiesta. Te espero afuera de la casa de Armando.

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Ya es de noche, mi madre me ha enviado millones de mensajes y miles de llamadas perdidas, pero debe de recordar las reglas de la casa. Paso a una vinatería y compro dos botellas de whisky etiqueta negra y dos cajetillas de cigarro, me subo en Sally y hago ronronear su sexy motor, las llantas rechinan y salgo en dirección a la casa de Armando.

Cuando llego a la casa de Armando me estaciono afuera de su casa, a lo lejos veo a Chantal con una chiqui falda blanca, una blusa tipo corset roja, y unos tacones altísimos color mate, se está perfilando los labios con su lápiz labial rojo, levanta la mirada y me ve bajando me de la moto, inmediatamente guarda su hile en su bolso y corre a abrazarme, la detengo en seco y le doy un beso brusco apretándole las nalgas.

-Ya vez como eres bien mierda conmigo.- me dice arreglándolse el labial.

-Perdón, ¿Si?.- le digo mientras recuerdo la noche anterior. Y me tomó la mano.

Cuando entramos los chicos gritan y unas chicas se me acercan para darme un beso. Y por primera vez hago algo que nunca había hecho desde hace mucho tiempo.

-Vengo con alguien, chicas- le digo alzando mi mano entrelazada con la de Chantal. Las quizás la barren con la mirada pero no dicen nada y se van.

La música es muy estridente, aunque me la estoy pasando muy bien con Chantal he estado bebiendo mucho, fumando y drogandome. He perdido la cuenta de todo lo que le he metido a mi cuerpo, tanto me estoy pasando que Chantal me ha dicho que deje de tomar.

-Bro, ya párale.- me dice Armando quitándome un inhalador de cocaína.

-Ya calmate Armando, cuando te hace falta una copa en la mano de pones como nena.- le digo dándole una botella.

-No ya enserio Zaid, tienes que manejar y llevar a Chantal a su casa.- me dice en tono serio y sobrio. Cuando Armando ve que estoy tomando mucho el se obtiene de no beber.

-¿Dime wey, quieres que me vaya?.- le digo en tono borracho y sin poder sostenerme en pie.

-No Zaid, sabes que te puedes quedar, pero por favor deja de tomar.

-Ya me largo de aquí, lleva a Chantal.- le digo y me dirijo a la salida de su casa.

Me subo a mi moto y manejo a mi casa, pensar que tengo a mi madre en mi departamento no me intimida, me cruzo todos los semáforos y en algunas calles me meto en sentido contrario.

Giró la perilla de mi casa y veo a mi madre sentada en el sofá como cuando era pequeño.

-¿Sabes que hora es?- me dice con tono de desaprobación.

-¡Hora de aventura!- le digo divertido y riéndome.

-Zaid, no juegues conmigo, mientras yo este aquí quiero que llegues sobrio y temprano a casa.- lo divertido se me ha acabado y le grito a mi madre algo que nunca pensé que podría decirle

-¿Tu?¿Me quieres sobrio y temprano en mi casa?, me lo dice una mujer que se cogía con los socios de mi padre cada que quiera y en su casa ¿Que moral tiene señora?.- una lágrima corre por la mejilla de mi madre pero ya es tarde para arrepentirse.- Sabes que te escuchaba cuando te cogías con tus amantes, me ponía detrás de la puerta y te escuchaba maldita perra, te escuchaba a ti y a esos hijos de puta, y sabes, que tonta fuiste o eres por engallar a mi padre con tipos con menos dinero que el.... ¡Maldita perra!- le grito y salgo del departamento

-¡ZAID HIJO! ¡ESPERA!- mi madre grita desde la puerta mientras me marcho en Sally. -¡ PERDÓNAME !

Manejo demasiado rápido con lágrimas en los ojos, le he marcado a Armando y por fin contesta .

-Le dije todo lo que se merecía a esa maldita.- le digo mientras manejó con una mano y la otra en el teléfono.

-Zaid ¿Dónde estas?.

Voy manejando en sentido contrató y veo a un trailer soñando su clakson y con las luces altas prendidas . ¡Dios!, me impacto contra la defensa del trailer y pierdo el sentido del tiempo y del espacio. Lo último que escucho es la voz ahogada de Armando y el sonar de las ambulancias.

"La amiga fea"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora