Capítulo 4: "Confianza"

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"Inevitablemente tengo que odiarlo. Lo culpo de mi soledad, de mi miedo a las personas, de mi desconfianza en general, de mi despecho"

- Abzurdah, Cielo Latini

Calliope
Todos estábamos pasándola muy bien, incluso Arizona, la cual se veía un poco más integrada en el grupo... Ella se veía más cómoda y charlatana.

Un grupo de chicos llegó al parque, se sentaron cerca, pero ambos grupos estábamos en nuestros mundos.

Sentí la presencia de alguien cerca de mi, al girar apenas mi mirada me encontré con Arizona, totalmente perdida... Su mirada parecía vacía y creo que pude ver un par de lágrimas en sus ojos.

— Callie... Yo debo irme— ella intentó caminar hacia la calle, pero por alguna razón comenzó a tambalearse

— Arizona, ven aquí— la tomé delicadamente del brazo

— Déjame ir— susurró

La olfatee un poco, ella tenía olor a alcohol y a cigarrillos.

— ¡Mark!— grité

— Dime— dijo sonriente

— ¿Tú le diste alcohol?— me crucé de brazos molesta

— Ahm...— él comenzó a tartamudear— Addison me llama— dijo y corrió

Giré mi mirada para encontrarme con una Arizona a pocos pasos de nosotros, caminando ya por la calle mientras se tambaleaba.

Bufé.

Corrí hasta ella y la tomé de la mano, no podría dejarla que se vaya sola.

— Vamos a casa, te darás un baño y luego dormiremos, ¿Si?

— Debo volver a casa— murmuró

— Le enviaré un mensaje a tu madre, le diremos que haremos una pijamada

— No es necesario— ella dejó caer su cabeza sobre mi hombro

— Claro que si, hueles a alcohol y cigarrillos... No te dejarán salir conmigo nunca más

Ella rió apenas.

— Lamento estropear todo...

— No estropeaste nada, de hecho fue divertido— sonreí

— Ay por favor— rió— Eres una mentirosa

[...]

— Métete a la ducha— susurré

No podía dejar que mi padre escuchara o viera a Arizona en este estado tan deplorable.

— Ya voy— susurró un poco más fuerte

— Cállate borracha— tapé su boca con mi mano— Te escuchará mi padre

— Lo siento— dijo en mi mano

— Ya...— reí por lo bajo— Báñate, te espero afuera y ponte esto— le entregué un pijama mientras su ropa se lavaba

Hold onDonde viven las historias. Descúbrelo ahora