Capítulo 19: "No te necesito"

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Arizona
Luego de salir del baño me dirigí a la cocina.

— Lo siento Sr. Torres, mi madre ha llamado— mentí— Debo irme a casa

— No te preocupes pequeña— sonrió— Ven a comer mas seguido, aprecio tu presencia

— Gracias— observé por todas parte— ¿Y Calliope?

— Subió

— Iré a buscarla, con permiso— dije tímidamente y subí

Al llegar al segundo piso, oí a Callie y Penny discutir.

Ellas hablaban de nuestra amistad, básicamente lo mismo que me había planteado a mi... Pero esta vez se lo decía a la persona indicada.

No me interesaban sus problemas de inseguridad, que no los refleje conmigo.

Escuché su discusión por algún tiempo hasta que algo que dijo Calliope me noqueó.

— Arizona tiene depresión Penny, ella tiene problemas alimenticios... Solo quiero cuidarla para que esté bien

Esa frase se repetía una y otra vez en mi cabeza, me hacía sentir estúpida.

Había confiado en la persona equivocada.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, las cuales comenzaron a esparcirse por mis mejillas como un río.

Ella había rebelado mi secreto y ni siquiera le importaba.

— ¿Por eso se desmayó?— preguntó Penny

— Por favor, guarda el secreto

Idiota.

En eso se había convertido Calliope desde que estaba en una relación, en una completa idiota.

Me ignoró durante semanas y luego de la nada, le importo. Al siguiente día divulga mi vida privada.

— Lo haré— prometió su novia

— Promételo— suplico

— Lo prometo Callie

La puerta de su habitación se abrió de repente, dejándola verme.

Su expresión de pánico, jamás la olvidaré.

— Vete a la mierda— dije con rabia, limpié mis lágrimas con enojo y salí rápidamente de la casa

Carlos me observó confundido, pero preferí no decir nada.

Al llegar casi a la calle, Callie me sujeto.

— ¡Arizona escúchame!— tomó mi mano, desesperada

— ¿Crees que puedes contar mis problemas a la ligera?— grité con rabia— Confiaba en ti

Sentía mis mejillas completamente rojas, pero esta vez de enojo.

— Lo siento— titubeó

Sus ojos marrones comenzaron a verse cristalinos, pero yo estaba cegada y justo ahora, podría ser lo más hiriente que quisiera.

— No hagas esto, solo lo lamentas porque te descubrí, no porque realmente estés arrepentida— me rogó

Intentó acercarse, pero su tacto ya no me gustaba, por lo que me alejé.

Hold onDonde viven las historias. Descúbrelo ahora