Pasado.

321 40 23
                                    

-Emily Hargreeves.-

—¿Cómo volveremos?— Pregunto yo.—

—Ni puta idea...— Responde Dominic.— Aunque.. Creo que puedo reparar el prendedor.—

—¿No es tecnología demasiado avanzada para la época?— Pregunta papá.—

—En teoría, si, pero dabe haber un reemplazo para aquellas piezas que aún no existan, o puede que yo mismo las haga.—

—¿Sabes cómo hacer todo eso?— Le pregunto yo.—

Él se levanta hasta quedar en frente de mi, demasiado cerca para mí gusto. —No hay nada que no sepa hacer.— Se da la vuelta para ver a papá.— Así que si, lo intentaré.—

—Bien.— Responde él.— Pero necesitamos un plan más elaborado que eso.—

—Bueno, tú te has perdido más veces que yo, así que invéntate algo.—

—Sencillo, tú reparas esa cosa y yo hago los cálculos para volver cuando lo tengas listo.—

—¿Y yo que hago?— Les pregunto.—

Ambos se voltean a ver, sin decir nada.

—Ay chiquita, sólo no estorbes.— Dice Dominic, con aires de superioridad.—

—Dime chiquita una vez más, y te patearé en dónde no llega la luz del sol.— Digo acercándome a él lentamente, hasta quedar frente a frente.—

Ambos nos vemos retándonos con la mirada, sus intensos ojos grises viéndome fijamente. Su expresión era demasiado fría, no mostraba mucho más de lo que debía, lo cuál era sumamente intrigante.

—Cálmense.— Dice papá separándome de Dominic, para luego voltearme a ver.— Tu averiguarás cómo es nuestra vida aquí, para no interferir con la línea temporal.—

—Sin ningún problema.— Digo sonriente.— Dalo por echo.—

(...)

—Con permiso señorita Hargreeves.— Dice Dorothea entrando a mi habitación.—

Yo volteo a verla.— Claro, pasa.—

—¿Ya decidió cuál será el vestido que va a usar para su presentación?— Pregunta ella.—

—¿Mi qué?—

—Su presentación en sociedad, el baile que será en dos días para usted.—

—Oh.. Si, lo había olvidado.— Disimulé.—

—Siempre con la cabeza en las nubes.— Ríe ella.—

—¿Y para qué es ese baile?— Pregunto con curiosidad.—

—¿Es algún tipo de broma extraña? Obviamente para demostrar que ya es una jovencita madura y capaz, acabas de cumplir quince años, debes comenzar a dar esa imagen si quieres comprometerte pronto.—

—¿Comprometerme?— Pregunto más que confundida.—

Claro, es el siglo diesinueve, lo había olvidado por completo, en este tiempo es completamente normal que las mujeres se casen rápido.

—Por supuesto, aunque todos sabemos que el señor Smith siempre estuvo primero en la lista.. Pero eso no quiera decir que no tenga buenas ofertas, usted es una jovencita muy atractiva y de buena familia, está claro que podrá elegir a quién le parezca mejor.—

—Muchas gracias por el cumplido, pero.. ¿Podría recordarme quién es el.. Señor Smith?—

—¿En dónde tienes la cabeza hoy? Acabas de estar con él hace un momento, el señor Smith, Dominic Smith.—

La profecía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora