¡No se droguen!

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-Jackson Hargreeves.-

—¿Por qué siempre haces lo mismo?— Grita Emily desde el otro lado de mi puerta.—

—¡No es así!— Digo dentro de mi habitación, tratando de ponerme un zapato.—

—Si, todos los días casi llegamos tarde por qué te tardas mucho.—

—Exacto, tú lo dijiste, "Casi"—

—Va a llegar el día que no sea así, vamos a perder el autobús, tendremos que caminar y nos pondrán una nota por llegar tarde.—

Abrí la puerta encontrándome con Emily en frente de mi.— Está bien, señorita optimismo, ¿Quieres seguir quejándote o ya nos vamos?—

—Te falta la corbata.— Dice señalando mi cuello, para después ir hacia la sala.—

Me volteé a ver a mi mismo para confirmar, y una vez más, ella tenía razón.

Fui rápidamente a buscarla sobre mi escritorio, dónde ya estaba con el nudo echo, así que sólo la pasé por encima de mi cabeza y la ajusté, no demasiado, por qué odio cuando siento que no me deja respirar.
Sin más, me teletransporté a la sala, dónde Emily seguía esperándome impacientemente.

—¿Tienen todo?— Nos preguntó papá.—

—Eso creo.— Respondí encogiéndome de hombros.—

—¿Cómo que eso crees?— Me preguntó Emily con el ceño fruncido, para voltearme a ver de arriba abajo.— Dime que traes el afiche en tu mochila.—

Abrí mis ojos exageradamente con sorpresa.—¡Mierda!— Dije para volver a mi cuarto.—

—¡JACKSON!— Me regañaron mamá y Emily al mismo tiempo, asumo que por motivos diferentes del uso de mis palabras o acciones.—

—Ya, ya, aquí lo tengo.— Dije con el afiche echo un rollo en mi mano.—

—No olvides tu cabeza al salir.— Me recordó papá.—

—No se la olvida sólo por qué la tiene pegada a su cuello.— Dice Emily.—

—Uy si, búrlate.— Dijo yo rodando los ojos.—

—Por supuesto que lo haré.— Dice ella de forma obvia.—

(...)

—¿Tienen cinta?— Preguntó Sophie.—

—Toma.— Respondió Owen, pasándole un rollo de cinta adhesiva.—

—¿Seguimos nosotros?— Pregunté yo.—

—En teoría, si.— Dijo Lorelai.—

—¿Estudiaron?— Preguntó Emily.—

—¿Que es eso y como se come?— Preguntó Sophie.—

—Eso me da hambre..— Se quejó Owen.—

—Tú siempre tienes hambre.— Dijo Lorelai de forma obvia.—

Situación, tenemos que hacer una presentación, en medio de toda nuestra clase, sobre las drogas.

—El grupo cuatro, por favor.— Dijo en voz alta la profesora.—

—¿Somos nosotros?— Pregunté.—

—Ninguno más levantó la mano.— Murmuró Lorelai.—

—Si, somos nosotros.— Dijo Emily.—

—Esperen, esperen.— Nos frenó Sophie.— Tenemos dos opciones, o lo hacemos divertido y rezamos por aprobar, o vamos a lo técnico y desaprobamos a la primera.—

La profecía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora