Granizados.

211 32 12
                                    

-Dominic.-

—Ajá, ¿Y por qué dijiste eso?— Preguntó Lila.—

—Por qué es la verdad.— Respondí.—

—No es la verdad, tú si tienes sentimientos.—

—No son reales.— Dije tomando la mochila.—

—¿Disculpa? No trabajé tres meses sin descanso para que tú digas que no son reales.—

—Bien, no son 'naturales.'—

—Bueno, no.. Pero son iguales a los 'naturales', como tú les dices.—

—Bien, como sea, es mejor que ella no lo sepa.—

—¿Por qué?—

—No lo sé, sólo.. Así es mejor, ¿Ok?—

—Ahh.. Ya sé lo que pasa.—

—A ver, dime, mente brillante, ¿Que es lo que pasa?—

—Tienes miedo a enamorarte de ella.— Dijo con una sonrisa pícara.—

—¿Qué? Eso es absurdo, ella es.. Una niña.—

—Si.. ¿Y?—

—¿Cómo que 'y'? Es muy pequeña para estar conmigo, o con cualquiera que no sea de su edad.—

—Ajam, pero, ¿Y si no fuese tan pequeña?—

—¿En qué idioma debo hablarte para que entiendas que ella no me gusta?—

—Está bien, fijamos que te creo.—

—Como sea.— Bufé.— Me voy a la escuela.—

(...)

—Y, ¿A dónde vamos?— Preguntó Emily llegando detrás de mi.—

—¿Qué?— Pregunté, sin saber a lo que se estaba refiriendo.—

—Acaban de avisarme que no tengo clases, y por ende, tú tampoco.—

—¿Y tu hermano?—

—Él sólo tiene su ridícula clase de matemáticas privada.— Dijo comenzando a caminar en dirección contraria a la escuela.—

—¿Cómo que clases privadas?— La seguí.—

—Digamos que le gusta una chica, y consiguió que le dé clases de matemáticas aunque claramente no las necesita.. No lo sé, él es extraño.—

—Es tu mellizo.—

—Lo sé, es irónico ¿Cierto? Él vive enamorado.—

—¿Y tú?—

—Yo tengo salud, gracias.— Soltó una risita.—

—Está bien.— Sonreí.— ¿A dónde se supone que vamos?—

—No lo sé, ¿A dónde quieres ir?—

—No conozco demasiado la ciudad.—

—Bien, en ese caso.. Seré tu guía.— Dijo alegre.

—¿Eso no es un poco tonto?—

—Tú eres tonto.— Sonrió y tomó mi mano.— Sígueme.—

Generalmente cuando alguien dice 'sígueme' es para que la otra persona la siga por su propia cuenta; Pero, ¿Emily? No, ella me tomó de la mano para llevarme a donde sea que quisiera, para asegurarse de que yo iba a estar allí.

La profecía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora