Rescate.

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-Jackson Hargreeves.-

Emily llegó hace aproximadamente media hora, no lo sé con exactitud, el tiempo parece muy extraño aquí adentro, pero ella sigue inconsciente, y eso realmente me preocupa demasiado ahora, lo único que me calma es ver qué aún sigue respirando, y que no va a recordar este horrible momento, o al menos gran parte de él.

Aquellos cuatro hombres están murmurando en una esquina, mientras nos ven a ambos despectivamente, yo sigo esposado a la pared y esposaron a Emily a mi lado, con su cabeza dejándose caer por la gravedad.

—Hmm..— Murmuró Emily, comenzando a salir de su estado de inconsciencia.—

—¡Emily!— Susurré, de forma sólo audible para ella.— ¿Estás bien?—

Sé que apenas se despertaba y debía estar muy alterada y confundida, sabía que lo mejor era no aturdirla al principio, pero de verdad me alegra que haya despertado.

—¿Qué..?¿Dónde...?— No terminó de formular ninguna de sus preguntas.— ¿Qué carajos?— Preguntó al ver sus cadenas.—

—Emily, no sirve de nada.— Dije cuando ella comenzó a tratar de forzarlas.— Sólo te harás daño, ya lo intenté...—

—¡No!¡Tiene que funcionar!— Dijo ella, tan terca como siempre.— Mis poderes no funcionan...—

—Están bloqueados, los míos también lo están.— Le expliqué.—

—Vaya, vaya, vaya, miren quien despertó.— Habló el líder, caminando hacia nosotros seguido de los otros tres hombres.—

—¡Déjenos ir, malditos pedazos de basura!— Gritó, aún forzando sus cadenas.—

—Ohh, shh, shh, shh...— Dijo colocando una de sus manos sobre la mejilla de mi hermana, quién trató de morderlo.— ¿Pero qué tenemos aquí?— Dijo alejando su mano.— Una perra mala, parece.—

—La única perra aquí eres tú.— Contestó ella a la defensiva.—

—¿Por qué no te callas?— Dijo dándole una abofetada, la cuál yo también sentí, no fué bonito.—

—¡Ay!— Dijimos ambos.—

—Oh.. Cierto, ambos lo sienten, ¿Qué tal si cambiamos eso?— Dijo extendiendo su mano.—

Los demás le pasaron unos círculos conectados a unos cables, colocó uno de estos a cada lado de nuestras cabezas.

—¡Quítanos esto!— Demandé, como si de verdad fueran a hacerme caso.—

—Nivel uno.— Ordenó él, viéndome desafiante.—

Otro de los hombres sacó un control remoto de su bolsillo, el cuál sólo tenía una perilla, la cuál giró sólo un poco, y segundos después aquellos círculos que tenía a los lados de mi frente desprendieron un choque de electricidad.

Tiré de las cadenas y arqueé la espalda soltando un grito, al igual que Emily, quién estaba experimentando lo mismo, hasta que de un momento a otro la electricidad cesó.

—Veamos..— Dijo acercándose a Emily, para luego una cachetada que sonó haciendo eco por todo el lugar, y sorprendentemente, no me dolió a mí.— Si, funcionó.— Rió el hombre al oír a Emily soltar un chillido por el impacto de su mano.—

—¡No la vuelvas a tocar!— Le grité.—

—¿O qué?— Preguntó haciéndome frente.— ¿Qué cosa tan espantosa va a pasarme?— Preguntó sarcástico, los demás rieron junto con él.—

La profecía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora