Dangerous➳Teen Wolf \ Theo Raeken✔

Epilogo

El cuerpo desnudo de Tessa se deslizó por los azulejos del baño de diseño, estaba exhausta su respiración era un caos, pero no la sonrisa no desaparecía de sus labios, menos cuando al abrir los ojos se encontró con la azul mirada del rubio que cada día la enamoraba más.

Theo al ver la mirada de satisfacción de su amada sonrió, sin duda amaba se el único que consiguiera cansarla de tal manera. Ella era su mundo y le encantaba estar a su lado.

—Aún nos queda tiempo para otra ronda. —Murmuró el rubio, tomando con propiedad las caderas de la pelirroja mientras que el agua se deslizaba por sus cuerpos.

—No. —Tessa lo alejó entre risas, aunque nada le apetecía más que quedarse con él en la ducha, en la cama, en la encimera de la cocina, no importaba el lugar, solo que fuera con el. —Tengo que entrenar a los chicos nuevos.

—Por un minuto tarde que llegues no morirá nadie. —Theo volvió a besar su cuello tratando de resquebrajar la voluntad de su novia.—Hasta las generalas necesitan descansar. .

—Debo dar el ejemplo. —Lo apartó definitivamente. —Y tú tienes que salir.

—¿No irás? —Preguntó el rubio sorprendido. —Llevas mucho tiempo sin verla.

—Hoy nos reuniremos con los nuevos reclutas. —Susurró algo arrepentida. —No puedo fallarles.

Tessa había cumplido el sueño que no sabía que tenía, recorrer el país con su novia y su lanada en busca de omegas solos y sin ligar en el mundo, algunos se quedaron a su lado, otros se unieron a algunas manadas con las que se cruzaron, eso a la pelirroja no le molestaba porque sabía que estaban encontramos su hogar y ya no estaba solos.

No había vuelto a poner un pie en Beacon Hills hacía tres años y algunos meses, pero aún así se mantenía en contacto con su tutora y prima, claro que las extrañaba, pero se había metido tanto en cumplir su ahora misión de ayudar omegas y enseñar que los hombres lobos no son solo fuerza bruta. Pueden ser buenas peleadoras como ellas, químicos increíbles como Diana, tener tanta clase como Clary y ser maravillosos rastreadores como Marina, no solo colmillos y garras.

Se encargó de cerrar  cada asunto pendiente antes de salir, le dio un entierro a su madre, tuvo una conversación con Scott y Liam, nadie le guarda rencor a nadie. Y se ha dedicado a disfrutar su vida al máximo al lado de su manada y el chico que ama, a ser una feroz y valiente alfa cada día.

—Muy bien chicos. —Anunció tomando su arco escarlata. —Primera posición.

Los tres nuevas reclutas apenas sabían tomar un arco en su mano,y claro que las ahora expertas en armería Diana, Clary y Marina, se estaban burlando. —A este punto las flechas rebotaran y caerán en sus cabezas. —Bromeó Marina.

—No recuerdo que fueras la mejor en tus inicios, Marina. —Atacó Tessa y inmediatamente el grupo rejo de bromear. —Eso creía. —Volvió su atención a los fatídicos intentos de sujetar los arcos de los nuevos miembros. — Continúen.

... 

El vestido tan rojo como la sangre la cubría, el escote en la espalda era pronunciado,pero quedaba opacado con el escote delantero,  su cabello recibido se movía con el viento, sin duda era una obra de arte que todos querían observar cuando Tessa arribó a la ceremonia. Todos se quedaban mirándola, los que no la conocían veían a una muñeca perfecta, los que lo hacían veían poder, veían continuidad y orgullo.

Todos se apartaban para hacerla pasar, era como tener a la realeza entre ellos. La pelirroja nisiquiera los miraba.

Solo detuvo su andar ver al final del camino, con un hermoso vestido cubriendo su abultado vientre a la segunda mujer que más amaba en su vida, a ese que considera una madre, quien la salvó, quien luchó por ella.

Ninguna dijo ninguna palabra, solo se miraron a los ojos, los grandes y azules ojos de Etta se comenzaron a cristalizar producto de las lágrimas a la vez que sus labios se curvaron en una sonrisa.

Los de Tessa la igualaron. Su sonrisa le hizo saber las palabras que su boca se encargó de callar.

«Madre, encontré mi hogar, soy feliz, seguí adelante»