|5.

2.5K 264 16
                                    

[👓]

Jimin estuvo despierto y listo a las seis en punto de la mañana. Algo ansioso y emocionado por comenzar a trabajar de nuevo, tan solo habían pasado unos meses desde que había trabajado en el banco. Allí el dueño era un anciano amable que lo enseñó y guió de buena manera, pero cuando su hijo pasó a su cargo, lo despidieron por una chica con senos enormes.

Cuando estuvo por terminar con su cabello, tocaron la puerta de su habitación. Su padre jamás lo molestaba y Taehyung no se levantaba tan temprano para ir a trabajar, así que sabía claramente que era su madre.

—Adelante, mamá.— dijo peinándose el cabello hacia delante con su seguro gel. Tenía en la mente que eso ayudaba a que su cabello no se moviera ni lo molestara ni un poco.

La mujer abrió la puerta con una bandeja de comida en la mano y su rostro pintado de preocupación.— Le hice el desayuno, mi niño.— fue lo que dijo, dejando la bandeja sobre la mesa— Ayer no pudimos hablar bien, pero cuentame por favor, ¿qué trabajo es ese que te dieron?—. Preguntó por fin lo que no la había dejado dormir bien anoche.

Jimin suspiró sentándose frente a la mesa.

—Es de secretario de presidencia, mamá.— susurró— No hay otro puesto para mí, y quiero ayudarlos hasta que papá logre conseguir algún trabajo, y estoy bien, la empresa me gusta...— sus pensamientos se fueron a Jeon Jungkook, a lo bien que lo trató.

Su madre abrió los ojos, sabía que mentía sobre el puesto pero tampoco esperó que fuera algo tan bajo para el amplio conocimiento de su hijo.

—¿De verdad? Ese puesto no está a tu nivel, mi niño, ¿por qué mejor no buscas otro trabajo? Algo que encajé con tus habilidades.

Jimin la miró, suspirando mientras negaba.— Lo he intentado muchas veces, mamá, pero soy muy feo para poder conseguirlo.

—¿Otra vez con eso? No eres feo, tú eres mi niño hermoso, ¿por qué crees eso de ti mismo?—. Ella parecía realmente afectada por sus palabras. Jimin no supo que mentirá decir, así que no la dijo.

—Si lo soy mamá, soy feo, tengo frenillos, también uso lentes y mi cuerpo no es el más bonito. Por eso no me han aceptado, y está vez el Señor Jungkook a confiado en mí y tengo está oportunidad, necesito ayudarlos y no lo desaprovechare.— habló tan rápido y enredado que su madre casi ni le entendió, pero al final terminó por asentir, preocupada y a la vez agradecida.

Se inclinó a su oído y dijo:— No eres feo, mi niño.— Jimin sonrió un poco asintiendo, pero sin creerselo—. Bien, ahora come que se te hace la hora.

—Gracias, mamá, por todo.— la mujer le sonrió de regreso besando su mejilla. Entonces luego se retiró cerrando su puerta al salir.

Qué haría sin su madre.

Viendo que el marcador del reloj había avanzado dejó de indagar y se dispuso a comer, los desayunos de su madre eran cargados, llenos de proteínas y carbohidratos. Sabía que era su padre quien mandaba a preparar tanta comida para él, no lo quería ver desnutrido.

Él era flaco, pero al paso que iba ya creía que ése ya no era su contextura, más bien iba a llegar a ser rellenito. Ahora se burlarían de sus gorditos, se rió mentalmente de eso. Estaba condenado a ser por siempre la burla de los demás.

A las seis y media salió de su casa despidiéndose de sus padres, y caminó a pasó apresurado hasta la esquina donde pasaba el bus, en el trayecto los pandilleros de su barrio lo pararon con burlas.

Patito feo➫Kookmin©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora