|7.

2K 242 14
                                    

[👓]

A primera hora de la mañana el pelinegro estuvo listo con el informé guardado en su bolso negro. Comió un desayuno rápido y al terminar se despidió de sus padres y pasó por el mismo lugar de todos los días, con los mismos obstáculos de todos los días.

Al llegar a la empresa, entrada las seis y media, saluda con cortesía al portero y seguidamente a Seokjin con una sonrisa pequeña, también en su piso saluda a Yoongi y a Youngjae, ahora más tímido aun. Tener amigos y poder saludarlos sin recibir una mirada de asco lo hace sentir particularmente bien. Es como que por fin alguien puede dejar a un lado los estereotipos y mirarlo por ser simplemente un humano. Sin duda estaba agradecido con todos los del cuartel.

Casi, casi podría decir que su estancia en Modas Jeon's no sería tan abrumadora. Tenía al señor Jungkook y tenía a las del cuartel. Podía seguir tratando de ignorar a la prometida de Jungkook, a su amiga rubia y al diseñador que lo odiaba.

Sí, hoy se había levantado con el pie derecho y el ánimo por los cielos. Aunque tan pronto como piso su oficina, mal decorada, todo se esfumó con una llamada de su madre.

Mi niño, yo no quería molestarlo, ni mucho menos interrumpir en su horario de trabajo... Pero tu padre se encuentra mal, se desmayó y no despierta, no se qué hacer, no tengo para pagar un taxi y no se manejar la chatarra de auto que tiene Haejin.— dijo con voz angustiada y apenada a la vez.

Jimin no estuvo mejor, por más que sea su padre era importante para él y jamás lo dejaría solo si se encontraba en problemas.

—¡Voy para allá mamá, no te preocupes!—. Dijo rápidamente, colgando sin recibir respuesta. Ahora estaba hasta más angustiado que su madre, no es por nada pero sus padres ya estaban pasados de edad y cualquier cosa que les pasara era preocupante.

Para empeorar su situación, había llegado temprano por la emoción de entregarle el informe al señor Jungkook y quedar bien ante él. Pero el azabache no había llegado y necesitaba irse con urgencia.

No supo que más pensar y como última opción salió a pedirle a Yoongi o a Youngjae que lo ayudasen con ese problemita, sabía de ante manos que a cualquiera que le pidiera el favor se lo haría sin dudarlo. Sin embargo cuando estuvo por salir, la puerta fue abierta y por ella entró Rose chocando con su cuerpo, en un acto de reflejo se echó hacía atrás un poco exaltado.

Tragó saliva, mirándola de arriba hacia abajo con sutileza. Llevaba un vestido blanco que se ceñía a su cuerpo estilizado, su rostro etéreo y su alisado cabello largo, suspiró sintiendo un poco de envidia, pero solo de su cuerpo porque la chica, lamentablemente, no tenía nada más que ofrecer.

Él al menos tenía un cerebro inteligente.

—¡Uy! Ve por donde vas, no quisiera que se me pegara tu fealdad.— chilló mirándolo con el entrecejo fruncido.

—L-lo siento.— carrapeo— Necesito un favor tuyo.— dijo rápidamente. Ella alzó su perfecta ceja depilada— Hoy es la reunión y el señor Jungkook me mandó a hacer el informe, aquí está— lo sacó de su bolso viejo y se lo entregó en una carpeta—, ¿puedes entregárselo? Debo irme, tengo una urgencia familiar.

Ella inspeccionó la carpeta, y estuvo a punto de reírse y decirle que no, pero una idea surcó por su mente retrasada y asintió tomando lo que le daba.

Patito feo➫Kookmin©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora