Patito feo➫Kookmin©

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Jimin se bajó de un salto y corrió a paso rápido hacia la entrada del bonito lugar.

Al llegar a las enormes puertas de vidrio un guardia de complexión robusta lo detuvo con una ceja elevada y una mano en alto.

El pelinegro parpadeó reacomodandose los lentes sobre el puente de su nariz, mirándolo con ojos suplicantes. El hombre por el contrario lo repasó de abajo hacia arriba, quizás preguntándose qué hacía un tipo como él en un lugar como aquel y es que no era para menos. Jimin tenía una fea camisa roja con botones negros que resaltaban, unos pantalones negros y una chaqueta desteñida, claro que también iba con sus fieles botas negras, el cabello estaba pegado a su frente debido al sudor y a la cera que siempre suele utilizar para mantenerlo en un solo lugar. Definitivamente no era alguien que tuviera un pase bienvenido.

—¿Puedo ver su carnet de invitación?—. Preguntó el hombre, claramente sabiendo que no pertenecía a los miembros honorables y frecuentes de aquel club de campo. Porque sí, era un gran y hermoso club para personas con dinero y gran estatus social.

—N-no tengo, señor...— confesó el pelinegro con un borde nervioso en su voz, cuando vio que el hombre le negaría rotundamente la entrada volvió a hablar— ¡Pero no es porque yo quisiera entrar! Mi jefe está aquí y necesito hablar con él urgentemente.— le dijo ansioso.

—¿Quien es su jefe?

—Jeon Jungkook.— el hombre le dió una mirada de que no le creía en lo absoluto, entonces sacó el carnet de la empresa y se lo tendió— Ahí, ese es mi carnet, soy su secretario y debe firmar unos papeles importantes así que lo necesito, por favor déjeme entrar.— le rogó juntando sus manos al frente de su boca.

—¿No tiene alguna otra manera de comunicarse con él?

—No, señor, no tengo teléfono y tampoco pensé cuando salí corriendo de la oficina.

El hombre suspiró echándole otro vistazo al carnet, luego medito su decisión y al final asintió levemente.

—Debes ir por la parte de afuera, en la recepción te dirán dónde se encuentra, si me estás mintiendo tomaré cartas en el asunto, ¿De acuerdo?—. Le dijo amenazante. Jimin asintió frenéticamente, dándole otra miradita vulnerable— Ve, se hará más tarde.

—¡Muchas gracias, señor!— le dió tres reverencias seguidas y luego de abrir las puertas de vidrio siguió adelante hacia la recepción por la parte de afuera como había ordenado el guardia.

Al llegar se topó con dos mujeres tras un escritorio blanco, ellas fruncieron el ceño al verlo, suponiendo lo mismo que el guardia pero confiando en el hombre al hacerlo pasar.

—¿En qué podemos ayudarlo?—. Preguntó una de ellas, la otra se mantuvo en silencio, mirándolo de pies a cabeza.

¿Por qué la gente tenía que ser así? Bien, aceptaba que no estaba bien vestido, pero no era necesario aquel acto de repulsión y arrogancia hacía él y su vestuario.

—Sí, señorita. Mi jefe, Jeon Jungkook se encuentra aquí, debo entregarle un asunto de suma importancia, ¿Podría, por favor, decirme dónde puedo encontrarlo?—. Preguntó educadamente y sin vacilación.

—¿Puede mostrarme su carnet de invitado?

—No tengo uno.— casi que rueda los ojos, el guardia dijo que lo dejarían pasar pero al parecer tenía cara de loco porque no estaba pasando— El guardia me dejó entrar— sacó su carnet y se lo mostró— Soy su secretario, y de verdad esto es muy importante.— le dijo sinceramente.