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La mente de Jimin estaba procesando todo a mil por hora. Había llegado a su casa luego de un ajetreado día y una vez más volvía a pensar en la invitación y en las palabras que había intercambiado con Angelina hace unos días; la propuesta y su reconocimiento hacia lo que estaba sucediendole.

El apoyo que le estaba brindando y sus palabras lo habían hecho sentir apreciado por alguien más que no fueran los de su entorno familiar.


Pero la idea de pensar en irse así como así no le agradaba mucho, y estaba cien por ciento seguro que su padre jamás permitiría algo como eso. A demás, no quería dejar solo a Taehyung, ni a su madre.

Tampoco quería dejar a Jungkook, porque era obvio que tendría que renunciar a su trabajo y el azabache no entendería sus razones porque jamás sería capaz de decirle lo que realmente estaba sucediendo. Lo avergonzaba y le hacía sentir un inútil poco hombre. Él podía seguir ignorando a Yugyeom y a los demás fácilmente, lo haría por Jungkook y por el trato que tenían de la compañía. No estaba preparado para irse y dejar esos sentimientos atrás, todavía tenía mucho que demostrarle.

¿Y luego qué? Recuerda que él es un hombre comprometido. ¿Sufrirás en silencio e ignorarás el hecho de que se casará y te dejará atrás?

Las palabras de la conciencia lógica lo invadieron en ese preciso momento y cuánta verdad había en ellas. Y por más que se metiera a la cabeza que lo lograría, su corazón se partiría en pedazos el día en que la pelinegra se vistiera de blanco. Sin dudas era algo que no quería ver.

¿Entonces la solución era irse?

Si tan solo fuera capaz de decirle la verdad a Jungkook, reconocerle sus sentimientos y ser sincero ante todo.

¿Pero qué ganarías con eso? Él tiene novia, la ama y se van a casar. A pesar de tomar el camino del valiente su corazón se rompería porque él no le correspondría.

Se dejó caer sobre su cama, exhausto y agobiado por todos los pensamientos que estaba teniendo acerca del asunto. Sabía que Angelina tenía razón, también sabía que de cualquier manera su corazón terminaría dañado y que lo mejor era irse antes de que las cosas empeorarán, pero que difícil era dejar lo que te hacía medianamente feliz en la vida. Años y años siendo la burla y el hazme reír de muchos, viviendo una vida aburrida y limitada con un solo amigo y muchos problemas, teniendo inseguridades impuestas y miedos ocultos para luego conseguir a una persona que te hacía querer ser más, una persona que te daba buenos momentos y que te respetaba por lo que eras para al final quererla y no poder tenerla.

Era tan jodido.

Jimin empezó a llorar enterrando su rostro en la almohada, molesto consigo mismo por no poder controlar sus sentimientos. No quería que las cosas se le salieran de las manos, pero tampoco quería irse.

Un toque en su puerta lo hizo reaccionar, se limpió las lágrimas rápidamente y se levantó a abrir la puerta con lentitud. Taehyung estaba al otro lado, con una sonrisa cuadrada y una bandeja en sus manos.

—Hola, te vine a traer la cena.— dijo y pasó dentro de su habitación— El ambiente esta extraño...

—¿Puedo pedirte un consejo?— preguntó de pronto, interrumpiendolo y volviendo a la cama. Taehyung arrugó la cara, yendo a sentarse a su lado.

Patito feo➫Kookmin©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora