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—¿Alguien sabe dónde está Jimin?—. Fue lo primero que preguntó Jungkook al llegar a su oficina y conseguirla vacía, una vez más.

Yoongi y Youngjae estaban detrás de él, mordiéndose las uñas y jalandose el cabello con nerviosismo.

—Lo siento señor, no sé nada acerca de él desde hace unos días.— dijo Yoongi.

La realidad era que nadie sabía acerca de la repentina partida de Jimin, es decir, el chico había estado un día con ellos y al siguiente ya no estaba por ningún lado. Tampoco podían llamarlo, sus padres se negaban a dar alguna respuesta; ellos evadían el tema o lo cortaban desde el inicio.

Nadie había tenido oportunidad de hablar con el pelinegro, ninguno del cuartel sabía algo, por lo que ellos más que nadie querían saber el porque de aquella situación y por eso estaban detrás de Jungkook, quién estaba experimentando todo tipo de sentimientos encontrados que iban desde la incertidumbre, la tristeza, la desilusión, algo de miedo hasta algo de traición. La interrogante era la que más circulaba por su mente.

¿Qué había ocurrido y por qué Jimin no aparecía?

—Llamen a su casa.

—Lo hemos hecho ya, señor. Los padres se niegan a dar algún tipo de información.

Jungkook chasqueo la boca. Estaba empezando a molestarse realmente por el asunto.

—¿Ustedes saben por qué se fue?— preguntó un tanto dudativo, él estaba al tanto de que nadie más aparte de ellos dos sabía sobre su relación, pero aún así, estaba empezando a preocuparse tanto que no le importaba si alguno de ellos se llegaba a enterar.

—No tenemos idea, señor— dijo Youngjae esta vez mirándolo con mucha intriga.

Jungkook suspiró asintiendo.

—Está bien, pueden irse... Si se enteran de algo avísenme por favor.

Los dos asintieron igualmente, algo cabizbajos por todo lo que estaba sucediendo. Ellos también se sentían intrigados, enojados y traicionados, habían adoptado a Jimin cómo uno más de los suyos, le habían tomando aprecio y cariño, al menos esperaban un adiós de su parte. Por otro lado, también sabían sobre la vida complicada que mantenía el pelinegro así que estaban un poco calmados por eso.

Luego de que los dos empleados salieran de la oficina Jungkook se dirigió a su escritorio y se sentó en la silla mirando directamente hacia la puerta que daba a la pequeña oficina que le pertenecía a Jimin.

Estaba teniendo tantos pensamientos. Muchos de ellos eran preguntas sin respuestas, dudas y críticas. Jamás se había sentido tan dolido como en esos momentos y lo peor del asunto es que casi todo el mundo se estaba dando cuenta de eso.

Su teléfono empezó a sonar desde su bolsillo así que salió de su ensoñación y contestó el aparato.

—Aquí Jeon Jungkook.— dijo su voz fuerte.

—Buenos días señor, es Lee Minho de la compañía Lions, lo llamo personalmente para convocar una reunión lo antes posible para nuestro nuevo lanzamiento...— Jungkook siguió escuchando, también respondió mecánicamente a cada llamada y mensaje que tenía, su mente era un caos.

Jimin se había metido por debajo de su piel, lo quería, lo necesitaba de vuelta pero ni siquiera era capaz de contactarlo o saber la razón de su partida.

Luego de un largo rato entre llamadas y mensajes al pendiente, por la puerta entró Lisa vistiendo un elegante vestido negro. Ella era hermosa, él no podía negarlo, pero ya no era la persona que amaba así que su llegada no fue de mucho interés para él.

Patito feo➫Kookmin©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora