Día. 26. Te amo.

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El simple contacto de los dedos rosando sus calientes mejillas la hacían perder la razón, la lógica, el sentido… todo, lo único que ocupaba su mente eran aquellas cálidas manos. Sho sin demora la besó lento y despacio, haciendo que el corazón de Azura latiera como loco. Por fin ella había conseguido a esa persona que calmara sus temores, sus deseos de sucumbir a la oscuridad.

_ Mi dulce Azura… mi linda humana. –susurraba mientras depositaba pequeños besos en toda su cara. –eres tan linda y frágil que deseo sostener tu cuerpo en una burbuja para siempre.

Algo dentro de él estaba a punto de estallar, así que sin demora la alejó de su lado, la chica lo miró extrañada ¿Qué acababa de pasar? Sin tardanza ella sostuvo su mano.

_ Sho… –logró articular

Él rápidamente se colocó de pie; exhaló y caminó hasta el barandal. Azura seguía sin comprender lo que sucedía.

_ ¿Hice algo mal? –dijo temerosa. Ella no quería arruinar de nuevo su tiempo juntos.

_ No… es nada. –afirmó levantando la mirada al cielo.

Azura sin decir una palabra sujetó a Sho por detrás atrapándolo entre sus brazos.

_ ¡No me rechaces! –vociferó.

El cuerpo de Sho se tensó al escuchar aquellas palabras. No podía creer lo que escuchaba, él contuvo la respiración por un segundo, buscando alguna respuesta adecuada que dar, pero la verdad lo único que deseaba era tenerla entre sus brazos… para siempre.

Al menos por esa noche Sho no quería que ella enfrentara las repercusiones de su relación… la prohibición de que un shinigami y un kamis estuviesen juntos. Sho después de repasar todo en su cabeza se giró quedando frente a esa chica que logró perturbar sus sentidos de tal manera.

_ Siempre cuidaré de ti, así que por favor cree en mí. –sus miradas se encontraron causando un tipo de explosión entre ellos.

_ ¡Sí! –dijo animadamente.

Sho sonrió abiertamente, esa chica lo volvía loco a cada segundo, nunca pensó que eso le sucedería a él tan de repente. Dio un paso hacia la puerta extendiéndole el brazo a la chica.

_ Vamos entremos. –Ella no dudó ni un segundo en tomar aquellas cálidas manos, pero no podía resistirse a él.

El cuerpo de Azura entró en calor al estar en el pequeño salón. Sin tardanza echa una mirada a la pantalla de su celular para fijarse que ya era tarde. Con pasos apresurados llegó hasta la habitación, buscó entre sus cosas, se colocó un short y una camiseta. Se dejó caer en la suave cama; de pronto la puerta se abrió, Azura se incorporó.

_ ¿Qué… qué haces aquí? –indicó sorprendida.

_ Dormir. –dijo quitándose la camisa. Azura se cubrió los ojos.

_ Pero… pero ¡Ve a otra habitación! –vociferó.

Sho se giró y la observó por un segundo, mientras que Azura contenía la respiración.

_ ¿Otra habitación? Aquí no hay más habitaciones sólo ésta.

_ ¿Eh? ¿Eso quiere decir que tú y yo… estaremos en la misma cama? –Sho lo afirmó con un movimiento de cabeza. – ¡Lo planeaste desde un principio! ¡Eres un vil pervertido! –vociferó lanzándole una de las almohadas.

_ ¿Pervertido yo? –dijo molesto llegando hasta ella.

Azura trago saliva, tal vez ella se había pasado con sus palabras, pero ella y Sho solos en una misma habitación eso no era para nada bueno. Sho colocó su cara muy cerca a la de Azura.

ENAMORADA DE UN SHINIGAMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora