Azura caminaba con expresión de cansancio, el trabajo había sido agotador muchas cosas que arreglar en la floristería. Ella y Aya pasaron el día de un lado a otro y ahora tenia que caminar hasta la parada del bus cuando… para su desgracia el bus se alejaba por la calle, Azura corrió lo más que pudo.
_ ¡Deténgase señor!- pero sus gritos fueron en vano ya no había para que seguir gritando. Molesta lanzo algunas maldiciones y decidió irse caminado. Desde que cruzo en la esquina sintió que alguien la vigilaba, sin dudarlo volteo, pero nadie andaba por allí, así que apresuro el paso sólo faltaba poco y llegaría a casa sana y salva. De repente escucho el llanto de un niño, miró a los lados buscando de donde provenía el llanto; justo detrás de ella había un callejón oscuro se asomo y escucho los sollozos del pequeño. El corazón se le acérelo con sólo pensar que tendría que entrar allí, se paró firme y cerró los ojos tratando de calmar sus nervios ayudar a ese niño es su mayor prioridad, debe ser valiente; abrió los ojos y dio un paso al frente, al entrar su vista se fue acostumbrando a la poco luz que se filtraba desde afuera, visualizó un pequeño bulto al final del callejón su llanto se volvía cada vez más alto.
Respiró profundo; dentro de su mente se daba ánimos para llegar a él, sin más le habló- ¿Estas perdido pequeño?- no recibió respuesta y ella insistió- ¿Dónde están tus padres?- al ver que no dio resultado hablarle, llevo su mano hasta su hombro, al tocarlo algo viscoso se adhirió a sus dedos- pero que es esto- dijo tratando de despegar su mano del chiquillo. De repente el llanto pasó a una risa psicótica. Al darse la vuelta Azura quedo horrorizada, aquel niño no tenia ojos y la piel del rostro se le caía a pedazos; aquella escena fue espantosa, esa cosa se acercaba a ella, para su mala suerte su espalda choco con un muro de concreto, sin más que hacer cerro los ojos esperando que esa cosa la devorara, nunca volverá a ver a su padre, a Aya su mejor amiga, no volverá a ver a Sho. “Sho”. De la nada una luz iluminó el callejón entero y ella sólo pudo ver como una figura que salía de entre la luz brillante. “Sho” pensó perdiendo el conocimiento.
“¿Don… Dónde estoy? Mi cuerpo se siente tan vacio y pesado a la vez.”
Ella abrió los ojos y aquel lugar es tan oscuro y solo, que se sentía como el frío le calaba los huesos y al verse se dio cuenta que no vestía ninguna prenda. Su desnudez la hizo sentir vergüenza, pero era algo tonto ya que no había nadie más que ella.
_ ¿Hay alguien allí?- pero no hubo respuesta, ahora si que esta asustada, su corazón lo sentía latir a mil y sin pensarlo un nombre se escapo de sus carnosos labios- ¡Sho!
Algo cálido se deposito en su mejilla dándole calma y serenando su corazón agitado.
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Aquella figura no era para nada Sho, se acerco a la chica desmayada y la tomó en sus brazos, los rasgos son muy similares a Sho, pero éste es más alto y su cabellera es negra casi azulado, sus ojos son amarillos, con destellos grises en el centro. Él la miró y sonrió abiertamente.
_ Así que tú eres la hija de esa mujer, tu esencia es deliciosa definitivamente eres una de esas criaturas- hizo una pausa y la miró con desprecio- por tu presencia mucho de los nuestros se vuelven codiciosos y lunáticos cuando siente tan deliciosa aura… Sera mejor que te lleve conmigo. Pequeña princesa- dijo posando su mano sobre su pálida mejilla, luego se desvaneció con la chica.
Aquel lugar no es nada cercano a una habitación lujosa, todo lo contrario, sucia y húmeda, las paredes están cubiertas de moho, sin pensarlo mucho la deposito con cuidado en el viejo colchón, para después cubrirla con una desgastada manta.
Ishigo, sabe perfectamente que Sho aparecerá y la única forma de verle es haciendo este descarado secuestro. En su cara se dibujo una leve sonrisa, suspiró y se sentó en una pequeña silla de madera. La verdad aquel lugar no era nada lindo ni acogedor; su mirada no se despega de la chica inconsciente, de alguna manera se siente atraído por a aquella belleza infantil de la joven, se levanto de la silla y caminó hasta ella, la miró detenidamente, de cierta forma le daba lastima saber que esa pequeña chica tendría que desaparecer, su sola presencia es dañina para los de su especie. Un pequeño balbuceo lo hizo retroceder, la chica comenzaba a despertarse; sus enormes ojos marrones parpadearon un par de veces tal vez desorientada, el joven carraspeo un par de veces para hacer notar su presencia, Azura de inmediato volteó rápido y al ver aquel hombre se levantó lo más rápido que le permitió el cuerpo, sus ojos estudiaron el lugar y se dio cuenta que aquel lugar no es para nada su habitación y ese hombre no es Sho.
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ENAMORADA DE UN SHINIGAMI.
RomanceAzura, desde la muerte de su amigo ella puede ver a seres extraños y oscuros que rondar por las calles de Tokio, ¿Que sucederá cuando se encuentre con Sho un shinigami de alto rango? ¿Que sera de su vida después del encuentro? El horror la perseguir...