Día. 22. Amor.

315 29 4
                                    

Un río de confusión llenaba su mente ¿Aquello no podía estar pasando? Aquel momento que tantas veces borraba de su mente se estuviese haciendo realidad. En ese beso no existían nada de malos sentimientos, todo era tan limpio y cálido. El chico se separó de ella unos centímetros, sus miradas se mantenían fijas el uno en el otro.

No podía pedir más de lo que acaba de recibir, el moribundo sol acariciaba sus pálidos rostros, con ese peculiar tono rojizo. La voz de Sho rompió ese magistral silencio.

_ No quiero que otro hombre toque nada de ti. No quiero que un extraño bese esos puros labios tuyos o los acaricien con deseo. –Azura no sabía cómo reaccionar ante tales palabras.

Un nudo se formaba en su garganta, ella le gustaba ese hombre, mejor dicho ella lo amaba. Sin más que decir lo atrajo hacia ella, dándole un afectuoso abrazo. Quería que él sintiera su acelerado corazón, que notara como lograba ponerla con tan sólo esas palabras.

_ ¿Esto no es un sueño verdad? –se atrevió a preguntar con un dejo de preocupación en su rostro.

Sho llevo su mano hasta su preocupada cara y acarició su mejilla, Azura no pudo evitar dedicarle una sonrisa.

_ No. No es un sueño. –y de nuevo su rostro descendió hasta el de ella. –sólo deja que te lo demuestre. –y sin aviso presionó sus labios sobre los de ella.

Por primera vez en toda su vida se sentía llena y plena, no quiera alejarse de aquellos brazos que la protegían de la fría soledad, ya no se volvería una con la inevitable oscuridad que rondaba su alma. Azura se aferró aún más al cuerpo de Sho quería sentirlo tanto que no le importaba si su cuerpos se fundía con de él.

Unas cálidas lágrimas descendían por sus mejillas. No era lágrimas de dolor eran de mera felicidad. Sho se separa, al verla llorar limpió sus húmedas mejillas con la manga de su suéter. La noria se detuvo Sho se levantó y acto seguido le ofreció la mano, la cual Azura no rechazó.

_ ¡Así que aquí están! –la voz de Aya los hizo volver a la realidad. Aya bajo la mirada para encontrarse con las manos de los chicos. –ok los dejaremos solos. –susurro.

Aya al ver llegar a los demás los despistó rápidamente.

_ Por allá no están. Busquemos por aquel lado.

_________________________________________________

_ Y ¿Ahora qué? –dijo Azura mirando a Sho. 

_ Huyamos de nuevo. –indicó el chico arrastrándola a un lugar más apartado.

_ ¿Qué hacemos aquí? –Sho le sonrío y de repente su apariencia real aparece.

Sho abre sus abrazos. –Ven pequeña salgamos de aquí. –Azura sin dudarlo se lanza a sus brazos. –sujétate fuerte.

Ella recordó la primera vez que Sho la llevo d esa manera, pero esta vez es diferente es más íntimo, más cercano, más cálido.

ENAMORADA DE UN SHINIGAMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora