Día. 8. Kamis.

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Se cuenta que hace siglos antes que los humanos existieran. Kamisama el Dios supremo de todo el universo tenía a su disposición miles de ángeles, seres celestiales, tan hermosos y perfectos, pero un día decidieron seguir a un ángel que los lleno con sus dulces palabras y promesas; se dejaron envolver, prometiéndoles que podían aspirar a poseer algo mejor que esto. Kamisama al ver lo que sucedía decidió despojarlos de sus alas dejándolos caer sobre la tierra. A ese ángel lo condenaron a vivir en lo más profundo de la tierra, acompañado de sus más fieles seguidores conocidos como Ghost Black, - demonios menores – y lo que se dejaron envolver recibieron su condena. Unos se les ordeno vivir en el inframundo, estos fueron conocidos como los Shinigamis, condenados a recolectar las almas de los muertos y los otros no tenían otro lugar más que ocupar que sobre la tierra, conviviendo con humanos por la eternidad los cuales recibieron el nombre de Kamis (Hadas) 

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Azura no pudo pegar ojo durante toda la noche pensando en lo que le dijo Sho, la curiosidad no la dejaba dormir quería saber a qué lugar pretendía llevarla ¿Qué era eso tan importante que necesitaba mostrarle? Que incluso tenía que faltar al trabajo, la alarma la saca de sus pensamientos, de inmediato llevo sus delgados dedos hasta el aparato y lo apago. Con pereza se levantó y se ducho rápido, luego buscó en el armario algo cómodo, así que sacó un pantalón azul y una camiseta a rayas negra, se agacho y  saco un par de botas negras y se las calzó, busco en su peinadora una liga y se trenzó su cabellera.

Sin más que soltar un suspiro tomó el móvil y marcó el número de su amiga, ella no encontraba que decir, así que le mintió diciéndole que no se sentía bien y que por eso no iría a trabajar. Después de tener una lucha por teléfono con Aya soltó un suspiro largo. De verdad no tenía ganas de perder su tiempo con Sho. Al bajar un delicioso aroma la envolvió haciendo que su estómago reclamase por algo de comida. Caminó hasta la cocina y allí esta ese estúpido shinigami con aquel diminuto delantal rosa que lo hacía ver ridículo. De sus labios se escapó una leve sonrisa. Verlo de esa manera la ponía de buen humor, es el único momento en que él no luce como un matón. No por su forma de vestir, sino por su carácter tan irritable y molesto.

_ ¡Oye enana!  ¿Eres sorda o qué? – vociferó Sho al ver que ella no respondía. Azura dio un salto al escuchar sus reclamos. – de nuevo divagando. – dijo el chico molesto. Azura apenada por su escape de la realidad, por primera vez no se molestaba por que Sho la gritara.

_ Perdón… sólo pensaba en… - ella no podía decir que estaba pensando en él así que mintió. – en Thomas. – dijo rápidamente. Sho la miró y después se dio la vuelta. Ella sabía perfectamente que eso lo molestaría, pero no podía decirle la verdad, además Thomas es su novio y no debería estar pensando en otros hombres, pensó sacudiendo la cabeza un par de veces.

Después de eso salieron al jardín trasero Azura lo miró extrañada, ¿No se suponía que irían a algún lugar? No comprendía porque estaban allí de pie. Sho le ofreció la mano; ella la miró un par de segundos y luego la tomó.

_ Sujétate de mí con fuerza como la última vez. - ¿Qué? Se preguntó ella. ¿Qué pretendía Sho? ¿A dónde quería llevarla? Se detuvo con la mano en la nada. ¿Volver a sentir la cercanía de ese hombre? El sólo pensarlo la hace sentirse extraña y nerviosa. Sho la observo y le grita. – ¡Rápido que vamos tarde! – ella agachó la mirada y soltó un leve suspiro rodeado con sus brazos el cuerpo de aquel chico, su corazón por alguna razón comenzó a latir como si no hubiera un mañana.

Del cuerpo de shinigami desprendió un brillo haciéndolo volver a su forma real; Azura sintió como el viento levantaba algunos mechones de su cabello, haciendo que se pegara más a Sho, sus pies se fueron alejando de la tierra, pero esta vez no se exaltó como la primera vez. Podía sentir la respiración de Sho y como se volvía una con la de ella. De nuevo se vio envuelta en aquellos pensamientos inadecuados, prohibidos. De repente sus pies volvieron a tocar tierra firme. Sin demora se aleja del chico que al parecer es ignorante de su reacción.

ENAMORADA DE UN SHINIGAMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora