Día. 1. El encuentro.

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Seis años después. En la actualidad.

La suave brisa se cuela por una de las ventanas de la habitación, mientras la joven sigue sumergida en el mundo de los sueños, su delicado cuerpo se estruja contra las sabanas de seda, dejando ver sus blancas y perfectas piernas, su cabeza reposa en la suave almohada, y su larga cabellera oscura cubre la mitad de ella, sus rizadas pestañas dejan escapar una débil lagrima, tal vez algún mal sueño perturba tan puro e inocente semblante; de sus carnosos labios brotan algunas palabras sin sentidos.

De repente un sonido alarmante la despierta, su cuerpo se contrae por el susto provocado por la estruendosa alarma, sus frágiles dedos hace presión sobre el reloj, aun con pereza se levanta mientras da pasos torpes, camina hasta la enorme ventana donde los primeros rayos de sol entran iluminando la alcoba.

La escena de la ciudad de Tokio es hermosa, el alba entre azul y rojo dan el mejor espectáculo cada mañana, lo majestuosos edificios se bañan de ese tono rojizo, los arboles, las montañas y las calles se llenan de vida y luz.

Azura retrocede después de tan magnifico amanecer, sin demora se desase de la gigantesca camisa blanca que utiliza como pijama. Entra en el baño y deja salir un poco de agua mientras se cepilla los dientes, luego se introduce en la ducha; sentir aquella cálida y refrescante agua sobre su cuerpo la hace despertar por completo.

Mientras se seca su larga melena, la pantalla de su móvil parpadea; con fastidio se dirige a la mesita de noche- ¿Quién será a estas horas?- pensó ella molesta, al bajar la vista a la pantalla leyendo rápidamente el nombre de su padre.

Al abrirlo vio su contenido. “ Hola, hija tanto tiempo sin saber de ti, me gustaría que te presentaras esta noche… para una cena familiar, bueno espero tu respuesta, me alegraría mucho verte de nuevo, ya a pasado medio año sin saber de ti, si estas bien o no, sin más que decir espero tu asistencia”

_ ¡Aaaaaaaaaaah! ¡Por que tengo que ir! No quiero verle la cara a esa fea mujer y a su loco hijo- gritó enfurecida.

La sola idea de tenerlos cerca se le eriza la piel, aquella loca y su hijo, lo único que han sabido hacer es atormentarle la existencia desde el accidente, ella sabia que nunca se perdonaría la muerte de la persona que era su todo, su vida.

Suspiró, tomó el celular y respondió con un seco y simple “Si” aquella bruja era la razón de que no mantenía mucho contacto con su padre, su madrastra había jugado muy bien su papel de la comprensiva esposa y madre, hasta que la verdaderas intenciones salieron a la luz, y lo más terrible es que es toda una buena actriz, la muy perra; delante de su padre es otra cosa a cuando esta a solas con ella.

Por un momento sintió soledad y vacio en esa habitación, a pesar de que le gusta la decoración que ella misma se encargo de hacer; las paredes de un tono verde agua, con algunas fotografías suyas y de lugares que visito en la excursiones en la secundaria, un delicado armario de roble reposa en la parte derecha de la alcoba, un sillón de color negro esta al otro extremo de la habitación, la cama es inmensa ya que le encantan las cosas espaciosas y así no se siente tan incomoda, la mínima idea de estar en una cama pequeña, le hace recodar sus días en el hospital. Días que prefiere no volver a recordar.

Sacó una camiseta negra sin mangas y unos jeans azul claro, se coloco la ropa rápidamente, se calzo unos tenis negros, alcanzó una liga y se hizo una cola alta, se untó un poco de labial, no muy llamativo, agarró su bolso y salió del cuarto, las llaves de la casa las haló del llavero y salió de prisa, caminó hasta la parte trasera de la casa y tomó la bicicleta.

Su vida no es la mejor, pero se siente a gusto viviendo de esa forma, viviendo lejos de lo que es su supuesta familia; la floristería queda en el centro de Akasaka, uno de los distritos más concurridos e importantes de Tokio. Muchos extranjeros viven allí, a parte es un lugar muy comercial y generador de empleos, ella y su padre llegaron a Japón cuando tenia ocho años en busca de su madre, pero esta jamás apareció. Aunque tenga descendencia asiática por su madre, sus características físicas las desmienten, sólo posee el color marrón claro de sus ojos.

ENAMORADA DE UN SHINIGAMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora