Día. 9. ¡Este no es mi cuerpo!

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Azura se levantó al sentir la luz del sol tocarle el rostro, por un momento recordó que su alarma nunca falla, sus ojos seguían cerrados y al ir abriéndolos notó que el color de las paredes es diferente un poco confundida y desorientada parpadea un par de veces, miró a los lados como tratando de ubicarse.

_ Es… este no es mi… - rápidamente se da cuenta que su voz es diferente. – ¿Que me pasa? Mi voz es… ronca. – de inmediato, sale de la habitación y se mira en el espejo que se encuentra el pasillo, al ver su rostro quedo horrorizada con lo que vio. Aquel no era su rostro, las facciones que veía eran las de… si demora corre a su habitación, aún más perpleja. Observo su cuerpo tumbado sobre su cama, por un segundo su respiración se detuvo. - ¡No, no, no… esto debe ser un mal sueño!, si, debe ser eso. – decía en voz baja, caminando de un lado a otro. Aquello tenía que ser una mentira ¿Cómo es que todo eso llego a ese punto? Se decía sin parar.

Después de estar así por unos minutos decidió acercarse, sus pasos se hacían lentos, el miedo la invadía por completo, ¿Qué pasaría si al despertarla todo no fuera un mal sueño? Si no era una de esas pesadillas que siempre la atormentaban en el mundo de los sueños. Contuvo en oxígeno en sus pulmones antes de tocarse a sí misma. Rápidamente toca su cuerpo, al ver que no se mueve lo sacude con fuerza y su voz sonaba tan fina.

_ ¿Qué quieres enana? Sal de mi recamara. – ese momento se dio cuenta que nada de eso era un sueño, su rostro palideció y al verse invadida por el terror saca su cuerpo de la cama. Sho molesto levanta la vista y al verla un grito agudo sale de su boca. - ¿Qué… qu… que… es esto? – corrió hasta el espejo del armario y se miró de pies a cabeza. No podía creer que él estuviera atrapado en el cuerpo de una chica. Sus manos comenzaron a recorrer aquel diminuto cuerpo. Azura de inmediato lo detiene.

_ ¡Basta pervertido! No… no toques mi cuerpo de esa manera. – dijo molesta. Sho la observo con una sonrisa en los labios.

_ ¡Ja! Qué interés tendría en tocar este escuálido cuerpo de niña de diez años. – indicó bajando las manos. – además tú deberías sentirte afortunada de estar en mi cuerpo. – Azura de inmediato notó que no llevaba nada en la parte superior y por instinto llevo sus manos a su pecho. - ¡Aaaaah! Por favor es mi cuerpo de que te cubres. – ella al notarlo se sonroja. Él tenía la razón lo que ella tanto se empeñaba en ocultar Sho lo conocía perfectamente. Así que bajo sus brazos y lo miró con rabia.

_ ¡Eres un idiota! – dijo. Se sentía extraña con aquella voz tan ronca. Sho se acerca a ella y le susurra en el oído.

_ No te atrevas a hacer cosas extrañas con mi cuerpo. – Azura dio un respingo, ella ya sabía a qué se refería. Sus mejillas se tiñeron de un tono rosa. ¿Qué? Sho se volvió loco o que ella jamás se acercaría a Thomas en ese estado. De inmediato recordó que ya es casi la hora de ir al trabajo… pero ¿Cómo? No podría mandar a Sho, eso nunca Quien sabe que cosas raras haría él. Sho la miró extrañado.

_ ¿Qué pasa? – pero la chica solo niega con la cabeza. – bueno si no hay nada que hacer mejor me doy un buen baño. – expresa el chico estirándose. Azura al escucharlo se exalta.

_ ¡No, no, no, no… Yo creo que eso no pasara… tú… tú… no me veras des… desnuda!  - dijo tartamudeando.

_ ¿Qué te pasa? Ya te dije que no estoy interesado en niñas, tranquila. – dijo calmadamente. Azura lo tomó de brazo y le impidió moverse de allí. – ¡Suéltame! – la chica se apresuró y le dijo:   

_ ¡Yo te daré el baño! – dijo impulsivamente.  Sho abrió los ojos lo más que pudo.

_ ¿Queeee? Te… te volviste loca o que ¡Jamás! – la chica se atravesó en la puerta del baño.

ENAMORADA DE UN SHINIGAMI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora