Capitulo veintitrés

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Draco tomo mis mejillas con su manos profundizando el beso que aunque era intenso seguía siendo dulce.

Ambos fuimos caminando hacia la cama dejándome debajo de el.

-¿Es estás segura?-pregunto con una voz ronca, asenti levemente-no te obligare a hacer nada que tú no quieras.

Podía sentir como ambos nos entregamos, como la ropa iba sobrando poco a poco dejándonos descubiertos.

Sus besos se sentian mágicos y sus caricias suaves, como si una pluma me estuviera tocando. Jamás me había sentido de esa manera, jamás había sentido ese sentimiento de tenerlo más cerca, más que una atracción amorosa.

Draco besaba estrepitosamente mi cuello mientras yo jugaba con el cabello de su nuca jalandolo haciendo que gruñera.

Fue bajando poco a poco sus labios, podía sentir como me agitaba cada vez más con cada toque y beso que me daba. Fue una sensación que jamás pensé experimentar y menos con el.

Draco subio su cabeza hasta mi altura, dónde pude ver su seño fruncido ante el cansancio.

-¿Sigues estando segura?-pregunto burlón.

-Si-dije agitada mirándolo a los ojos.

Y así fue como los dos esa noche entregamos algo, nuestra confianza y nuestro amor, demostrado de la manera más maravillosa según es descrito. Solo éramos el y yo, juntos.

(...)

Desperté por la luz que entraba en mi ventana dándome en la cara.

Me intenté mover viendo cómo tenía una mano en mi cadera aferrada a mi. Voltee suavemente encontrándome con Draco en un sueño profundo, rei recondado lo de anoche.

Con cuidado, quite la mano de mi cadera parandome de la cama viendo como el rubio se ponía boca abajo.

Camine hasta encontrar la camisa de Draco para ponermela y después caminar hacia el revolviendo un poco su cabeza y dándole un ligero beso en la mejilla.

Al intentar levantarme, ví su brazo, ví una mancha. Intentando no despertar a Draco, moví la sábana viendo por completo su brazo, tenía la marca tenebrosa.

Supuse que era algo obvio, la última vez no la había visto por ver sus ojos, aveces pensaba que de verdad el no la tenía para intentar haceme ilusiones. Pero no

El en realidad la tiene, y nada se la va a poder quitar.

Me levanté llendo hacia la ventana, era un hermoso día. El sol brillaba y no había señales de lluvia, lo cual era un alivió pues mañana se daría el primer partido de la temporada.

-Buenos dias-susurro Draco en mi oido sacándome de mis adentros.

-Dios Draco-dije riendo-Me asustaste-susurre volteado quedando cara a cara con el.

-Disculpame linda-sonrio- ¿Ya te dije que te vez bien con mi camisa?

-No sea asi-hable sonrojandome- hay que bajar, muero de hambre.

-Quedate un rato más-hizo un puchero- por favor.

-Por más que quisiera no puedo, tengo que hacer tarea, mañana es lunes-dije mientras acariciaba levemente su mejilla.

-Oigan quien... ¡Por las chanclas de Merlin!-exclamo Blaise tapando rápidamente sus ojos.

-Blaise cállate... ¡Por Merlin! Mis ojitos-dijo Theodore imitando a Blaise- ¡Draco por el amor de dios cubre eso!

-¡Es una escuela no pueden estar haciendo esas barbaridades!-lloriqueo Blaise.

-Solo salgan de aqui-dijo Draco molesto.

Una Black y Un Malfoy || Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora