Una Black y Un Malfoy || Draco Malfoy

Capitulo treinta y seis

Olivia Black

Tome mi cepillo de dientes poniendo pasta y iniciando a frotar cuidadosamente mis dientes, al terminar enjuague mi boca y me enderece viendo mi reflejo, tenía prominentes ojeras y un par de barros en mi cara.

Agarre mi varita iniciando a arréglame, la boda era en tan solo en unas horas y necesitaba estar lista lo más pronto posible, pues tenía que ayudar a arreglar y dejar todo perfecto para la boda de Bill.

Después de ponerme mi vestido y zapatos acompañados del guardapelo con cuarzo blanco, baje más escaleras con cuidado encontrándome a George recargado sobre el lavamanos, Ginny subió a toda prisa pasando a mi lado .

-Buenos días- saludé- gran sustituto el cepillo dental- dije refiriéndome a su improvisada oreja y sirviéndome una taza de café.

-Lo se, fue la mejor idea que pude haber tenido-rio un poco- ¿Quieres acompañarme a desayunar?-asentí con gusto sentándome en la mesa disfrutando del manjar que dejó la señora weasley antes de irse a arreglar a la novia.

-¿Te imaginas que hagamos esto también cuando te cases?-hablo después de un rato de silencio.

-Creo que eso será en mucho tiempo-conteste.

-Nunca se sabe-dijo dando un bocado a su panqueque- ya me ví a mi y Fred bailando contigo, con tu hermoso vestido blanco.

-Deberías de dejar la droga-conteste en broma-no sé si después de todo esto me gustaría tener una vida así.

-Todo puede pasar enana.

Después de desayunar fui a ayudar con los preparativos en la carpa, todo tenía que estar meticulosamente arreglado para tener un increíble momento.

-A la cuenta de tres subirán la carpa-hablo el señor weasley-¡Uno! ¡Dos! ¡Tres!-apuntamos con nuestras varitas a la pesada tela que se encontraba en los terrenos de la madriguera. Giré mi vista hacia un destello viendo como el ministro de magia aparecía en el jardín.

Entramos junto con Ron sin entender, Harry y Hermione estaban adentro tomando café.

-Buenos dias- saludo el ministro-tengo algo para ustedes-los cuatro nos sentamos frente al viejo señor que traía un maletín aparentemente cargado, al abrirlo, salió de este un pergamino flotando-vengo a hacer lectura del testamento y última voluntad de Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore.

>>A Ronal Bilius Weasley, le dejo mi desiluminador, con la esperanza de que, hasta en los momentos más oscuros, siempre encontrará algo de luz. A Hermione Jean Greanger le dejo mi primera edición de Los cuentos de Beedle el Bardo, esperando que se encuentre con una agradable lectura. A Ajax Olivia Black le doy mis lentes de media luna, así podrá ver claramente todo y mi tarjeta de regalo de caramelos de limón de por vida-me paso ambos objetos los que tome con arduo cuidado. Examine los lentes con cuidado dándome cuenta que era lo que siempre estaban en su estuche, en su oficina. Jamás necesite anteojos, pero  era un hermoso regalo, además la tarjeta era un detallazo.

-Disculpe ministro, pero la espada es de Harry-la voz de Hermione interrumpió mis pensamientos- apareció para el.

-La espada aparece para cualquier persona digna de Gryffindor señorita, no es de su pertenencia-el ministro se levanto, felicito por la boda y se fue desapareciendo.