Sus nudillos tocaron la puerta de cristal dos veces, esperando alguna respuesta del otro lado.
Había bajado de su avión tan solo dos horas antes, justo a tiempo para llegar al lugar indicado en ese extraño mensaje. No iba a negar que sentía cierta desconfianza sobre quién lo había citado a aquel taller, pero la curiosidad estaba por encima de su uso de razón, y no dudo en llegar hasta la dirección sin avisar a ninguno de sus amigos de aquello.
Quizá era una trampa, pero una pequeña parte de Brian estaba esperanzada de que la dueña de dicho mensaje fuera su Addison.
Entró finalmente al local luego de no recibir respuesta. Tenía una mala sensación en el pecho ante el lugar en el que se encontraba, pues estaba en lo más recóndito de la ciudad, alejado totalmente de la civilización. Ningún alma recorría las fantasmagoricas calles y eso lo hacía aún peor.
Cualquier cosa podía pasar allí y nadie se daría cuenta.
Una de sus manos sostuvo su arma en todo momento, agudizando su oído para poder verificar si había alguien allí.
Caminó silenciosamente por el pequeño y abandonado taller, intentando no pisar ni patear nada que pudiera hacer algún tipo de ruido.
Brian no dejaba de pensar en lo irresponsable que había sido ir allí sin ningún tipo de respaldo, pero ya no había marcha atrás.Su atención fue captada por el suave vaivén de unas cortinas al final de la habitación. Afuera no había viento alguno, por lo que existía la posibilidad de que su movimiento hubiese sido a causa de una persona.
Tratando de no vacilar, se encaminó hasta dicha puerta totalmente alerta a cualquier sonido o movimiento, cada vez más desconfiado de la situación en la que se encontraba.Al mover la tela con sus dedos lentamente, visualizó una sucia y aún más deshabitada bodega rebosante de polvo. No parecía haber ventana alguna y el lugar estaba en completa penumbra. Sus ojos tardaron en adaptarse a la oscuridad, y cuando finalmente lo hicieron, notó que no parecía haber ninguna señal de vida en la habitación.
Aún atento, recorrió el lugar con silenciosos pasos, aunque no había mucho que pudiese buscar. La sala era tan pequeña que era inútil rebuscar allí, no había nada.Sintió una extraña sensación en su pecho que lo obligó a volver a tomar su arma entre sus dedos, rebuscando fríamente en cada rincón de la vacía habitación. Se dejó guiar por su instinto y la presencia que sentía en la habitación, y tan pronto como avistó un mísero movimiento, empuñó su PT92 al proveniente de dicha acción.
Un frustrado suspiro escapó de sus labios al encontrarse con una gorda rata marrón delante suyo, llevando en sus pequeñas garras un aparente trozo de pan viejo. No obstante, tan rápido como su cuerpo se relajó, el aire volvió a atacarse en su pecho.
-Arma al suelo, ahora.
Intentó no sonreír al oír aquella voz que conocía perfectamente, e intentó darse vuelta.
Addison le quitó el seguro a su arma rápidamente. -No te he dicho que te gires, rubio. Arma al suelo, no volveré a repetirlo.
Oyendo la seriedad con la que ella hablaba, se agachó suavemente hasta llegar a la fría cerámica bajo sus pies, dejando su revolver sobre esta para luego patearla hasta debajo de un viejo refrigerador.
-¿Tienes otras armas? -preguntó dudosa, aún apuntando su arma a la cabeza del rubio.
Él negó. -No, pero si quieres puedes revisarme.
Su comentario cargado de picardía y sensualidad provocó un leve mareo en la morena, quien solamente lo miró de mala gana.
-¿Has venido con alguien?
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ActionA Brian O'Conner Fanfic Inicio: 15/03/19 Publicada: 27/06/21 Finalizada: 02/10/21