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Capítulo 4 - Me gustaría verte intentarlo.

Habían pasado un par de horas desde que ella y su hermana se sentaron a leer en la sala. Addie tenía buena comprensión lectora, por lo que se había propuesto ayudar a Mia con sus estudios en medicina.

Fueron largas horas de lectura y práctica hasta que Mia se desesperó al ver su reloj.

-Joder, son nueve y media. Brian llegará en cualquier momento.

-Agh, mierda...

Eso fue suficiente para que Addison saliera corriendo en dirección a su habitación, preparándose a toda prisa. Se le había pasado por completo que ya era viernes.

Colocó aquel vestido sencillo azul que Mia básicamente le había obligado a usar -según ella, no podía ir en jean y camiseta a una cita-, y lo acompañó con unas zapatillas de plataformas negras y unos pendientes sutiles. Apenas y se colocó algo de brillo labial antes de salir, no tenía tiempo para ello.

Bajó a todo dar las escaleras directo a la sala, acomodando las ondas de su cabello estilo '80s con sus manos, mientras buscaba entre los incontables libros y resúmenes su teléfono.

-Te tengo- suspiró una vez que el móvil estuvo en sus manos.

Dió un rápido repaso a su aspecto en un espejo cercano, y se dió vuelta para caminar hacia la ventana. Un bonito auto azul saltó a su vista.

-¿Ni siquiera te despedirás?

Giró su cuerpo en dirección al perteneciente de aquella voz, encontrándose con Dom al pie de las escaleras.

-Te ves linda, y no es que dude de ti, pero si algo sucede, llámame.

Y sin más, se fue en dirección a la cocina, probablemente en busca de algo para comer. No obstante, en cuanto ella abrió la puerta, él volvió a hablar.

-¿Debo esperarte?

Addie mordió su labio ligeramente, viendo como el rubio la observaba desde lejos con una sonrisa mientras conversaba con Mia.

-No, no deberías.

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[...]

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La risa de aquella extraña pareja resonó por entre la música. El olor a picante y musica latina invadía el ambiente, acompañada de una suave brisa veraniega.

-Muy bien, cuéntame. ¿Cómo se formó la pandilla?

-¿La qué?- Addie se rió ante la forma en la que los había llamado.

-La pandilla.

Ella negó. -Oh, no, no lo llamamos pandilla, lo llamamos equipo.

-Bien, ¿Cómo se formó el equipo?

La morena soltó un breve suspiro, echando su cuerpo contra el respaldo de su silla. -Verás, es una larga historia.

Brian sonrió con encanto, mietras tomaba un trago de su vaso para luego dejarlo en la mesa, acomodando sus codos sobre esta para poder prestarle toda su atención.

-Tengo tiempo.

Addie volvió a acomodarse de manera recta en su asiento, y pensó por unos segundos por dónde empezar.

-Bueno, Vince prácticamente creció con mi hermano, son amigos desde niños, aunque no sé si se le puede decir que 'creció'- el rubio rió ante ello sin poder ocultarlo.- Y Letty vivía en la misma calle. Siempre le gustaron los coches, desde casi los diez años. Naturalmente, siempre le atrajo mi hermano.- se silenció unos segundos, intentando recordar cada detalle.- Y cuando cumplió dieciséis...