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Capítulo 37 - ¡Es hora hijos de perra!

Fue en menos de media hora que el equipo entero -exceptuando por Addison- comenzó a armar el plan sobre una gran mesa de metal negro, todos a favor de la idea de acabar con Reyes de una vez por todas.

-Una cosa más -aclaró Dominic, obligando al resto a hacer silencio. Observó con determinación del otro lado de la mesa al oficial que ahora los estaba ayudando. -Necesitaremos un carro blindado.

El militar lo miró con curiosidad. -Creí que los Toretto eran del tipo suicida. -comentó con burla.

Dom sonrió de lado. -Y así es, pero necesitaremos de todo nuestro equipo para poder llevar a cabo el plan. -informó con convicción.

Brian asintió con entendimiento, también mirando al federal. -Addison debe participar, pero está embarazada. Necesitamos seguridad para ella.

Una casta sonrisa se instaló en el rostro del oficial, quien observó con gracia a su compañera.

-Genial, ahora se reproducen.

Pero a Mia no le pareció gracioso en absoluto. -Dom, no estarás hablando en serio.

El nombrado observó a su hermana durante unos segundos antes de hablar. -Si es necesario yo mismo me encargaré de que nada le suceda, Mia. Pero alguien rápido y ágil debe escoltarnos a O'Conner y a mí fuera de la comisaría.

El rubio se apartó de la mesa mucho más seguro que antes. -Iré a buscarla.

Y en cuanto Hobbs y compañía se fueron de aquel lugar, el equipo rápidamente se puso manos a la obra con su segundo plan.
Sabían que el oficial no los iba a dejar quedarse con el dinero, pero ellos se encargarían de recibir su parte de una manera u otra.

El pequeño golpeteo en la puerta de la habitación llamó la atención de Addison de inmediato, quien dejó el juego de armas que siempre llevaba consigo por si acaso y se volteó para encontrarse con cierto rubio de ojos celestes que la tenían enamorada.

Este se acercó silenciosamente hasta ella para luego tomar sus brazos con cuidado, observando minuciosamente cada expresión de su rostro.

-Lamento mucho lo de Vince-susurró con pena, a lo que ella negó rotundamente.

-No quiero hablar de eso, por favor.

Él asintió, dejando un pequeño beso sobre su frente. -Hobbs va a ayudarnos.

Addie levantó su rostro para chocar su mirada con la de él. -No me sorprende. Reyes masacró a todo su equipo. Es justo que quiera quitarlo del tablero.

Sintiendo como si cada parte de su cuerpo de pronto pesara una tonelada, Addie acomodó su cabeza sobre su pecho, dejando que él la abrazara calurosamente.

-¿Cuál es el plan? -preguntó con curiosidad. -¿Qué es lo que harán?

Brian sonrió sutilmente. -Querrás decir qué es lo que haremos.

Ella se separó de él de inmediato, no creyendo que sus palabras fueran en serio. Al leer la sorpresa en sus ojos, el rubio tomó sus mejillas con cariño mientras sonreía con cierta emoción.

-Tenemos trabajo que hacer.

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︎La hora de salir había llegado, y Addie no podía sentirse más emocionada. Se había propuesto olvidarse de todo lo acontecido en las últimas horas y enfocarse en lo que ella tendría que hacer. No tenía cabeza suficiente para poder seguir pensando en ello.