IX

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Harry está aquí y aquí está Harry. 

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—Así que, Harry —Liam inicia, cuidadosamente— tú, uh, aquí.

Harry se ríe en respuesta y es tan brillante y encantador que incluso el cauteloso Liam parece desarmado por un minuto.

—Sí —dice Harry, un poco avergonzado—. Si, estoy aquí. Lo siento por aparecer en tu piso pero me dejaron salir temprano y cuando llegué a casa había, como, gente follando en mi sofá, y yo realmente no tenía a dónde ir porque todos mis amigos están en Cheshire, así que Louis sólo hizo una cosa maravillosa por dejarme dormir por la noche, de verdad.

—¡Está bien! —Liam dice rápidamente, sonando casi una disculpa—. Estamos sorprendidos de verte aquí, es todo.

Harry había cumplido su promesa de mamadas de la noche anterior, y si no hubiera sido por Zayn golpeando en la puerta de Louis y exigiendo explicaciones, podrían haberse quedado en la cama todo el día. Pero aquí están, pasado el mediodía, pizza fría y té de Yorkshire. Harry es demasiado grande para su piso, pero él no parece estar fuera de lugar en la mesa de la pequeña cocina, sus extremidades dobladas ordenadamente y sus rizos despeinados en todas direcciones.

—Me alegro de que estés aquí —Louis dice en voz baja.

La mirada de Harry está en él, lleno de esperanza y encantador, mientras él responde: —Yo también.

Zayn se aclara la garganta. —Lou, pasame el azúcar, ¿quieres?

Louis aún no ha terminado de mirar a Harry. Tal vez nunca se cansará de mirarlo, no está seguro. —Obtenlo tú mismo —le dice a Zayn.

—Me gusta tu apartamento —Harry dice en voz baja, sólo para Louis. 

Realmente es bastante minúsculo, metido en el corazón del distrito de estudiantes. Zayn y Louis han trabajado con mucho esmero en el estilo de "decoramos como queremos", una rebelión adolescente tardía contra sus madres y con una política estricta de carteles de Pokémon no permitidos, y el sofá es mísero y el puf andrajoso. Su colección de DVD es medio–porno, medio–Molly Ringwald, y en su refrigerador están pegadas fotos de sus últimos tres años. Zayn, Louis, Liam, Niall, las chicas, y a veces Matt y Aiden en diversas etapas de la estupidez en estado de ebriedad. La llegada de Liam en el apartamento ha traído suscripciones a varias revistas masculinas con fotografías de coches en la portada, que Louis y Zayn han tomado para leer al revés en voz alta, y una hermosa oficina de madera en la cocina que Liam dice que se supone que es para platos y vasos pero que al instante se llena de todas sus porquerías relacionadas con drogas.

A Louis le gusta su apartamento, también. Pero le gusta más cuando Harry está en él.

—¿Cuándo debes volver? —le pregunta a Harry.

—En seis semanas —dice Harry.

—¿Tienes algún plan? —Louis le pregunta a la ligera.

Louis mantiene su mirada en la sonrisa en los ojos de Harry. —En realidad no. Probablemente acabe en Cheshire, vagabundeando alrededor.

Seis semanas. Seis semanas, ¿pero en serio seis semanas? Pero aún, seis semanas.

—Sabes —dice Louis cuidadosamente— probablemente puedas vagabundear alrededor de Manchester tan bien como puedes vagabundear alrededor de Cheshire.

Debajo de la mesa, Zayn patea a Louis en alarma, pero Louis no le hace caso. Louis no está invitando a un desconocido a vivir con él durante las próximas seis semanas. Él está invitando a quedarse por un tiempo a un chico guapo con las piernas largas y tarjetas de identificación peculiares que no tiene otro lugar adónde ir además de la casa de su madre.

—¿Sabes qué? —Harry se inclina hacia adelante en los codos, sonriendo un poco torcidamente— probablemente pueda.

Another Hazy MayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora