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Resulta que Harry es suficiente poeta para los dos.
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Está a punto de ser las una de la madrugada cuando Louis y Harry deciden dar un paseo.
Es un lugar lujoso, pero bonito, una gran finca con césped verde cortado al ras, rodeado de bosques para mantener a los intrusos fuera. Ellos caminan alrededor de los bordes de la propiedad, Louis descalzo y Harry borracho, aferrándose el uno al otro por ninguna razón real a excepción de que pueden hacerlo. La hierba es casi púrpura en la luna y el aire es fresco y un poco húmedo, y el humo del último cigarrillo del paquete de Harry parece aferrarse a sus pieles.
—Aquí —Harry empuja la caja vacía en las manos de Louis—. Haz lo tuyo.
Louis se ríe, porque es una cosa, ahora, él probablemente le ha escrito a Harry cien pequeñas notas de amor en los revestimientos de las cajas de cigarrillos, pero de todas formas sacude la cabeza ante el tono exigente de Harry, estira uno de sus suaves rizos un poco demasiado fuerte y Harry chilla y cae al suelo dramáticamente, tirando Louis con él a medida que se tropieza. Ellos se desmoronan juntos, con los pies de Louis aterrizando en algún lugar cerca del esternón de Harry y la caja cayendo de las manos de Louis.
—¡Hey! —Harry exclama, pero se ríe mientras Louis se intenta desenredar a sí mismo de las extremidades largas de Harry, su voz burlona sonando a través del silencio—. Quería uno de tus pequeños poemas en la envoltura del cigarrillo, no tu trasero aplastando mi pecho.
—Te encanta mi trasero, ya sea aplastando tu pecho o montándote.
—Me has descubierto —dice sonriendo, envolviendo un brazo alrededor de los hombros de Louis mientras Louis se las arregla para rodar fuera de su novio y en la hierba junto a él, apoyando su cabeza en el pecho de Harry y dedicándose a su pasatiempo preferido, que es escuchar el latido del corazón de Harry para asegurarse de que está realmente ahí.
—Ya no tengo poemas —Louis le dice adormilado, demasiado ido por esta noche y este amor y este muchacho—. Es tu turno.
Louis deja escapar un grito de indignación cuando Harry se da la vuelta perezosamente, aplastando el pequeño cuerpo de Louis en la tierra debajo de él, y estira un largo brazo para alcanzar la caja de cartón vacía desde donde ha caído, a pocos pasos de distancia. —Relájate, eres tan molesto —Harry suspira mientras Louis intenta empujarlo lejos en vano. Harry se sienta cuidadosamente, cruzándose de piernas y haciéndole un gesto a Louis para hacer lo mismo, de modo que ellos se sientan cara a cara en el pasto, muy lejos de la carpa blanca con las luces de oro, pero iluminados levemente por la misma. Harry gira la caja una y otra vez en sus manos, una sonrisa divertida en su rostro, y Louis se cruza de brazos con impaciencia.
—Estoy esperando —Louis le informa.
—Tan molesto —Harry dice otra vez, y Louis ni siquiera se molesta en ocultar su sonrisa mientras Harry rompe con cuidado la hoja de plata antes de tirar la caja a un lado—. Así que, ¿quieres un poema?
—Sí —Louis asiente con entusiasmo, y luego, mientras Harry comienza a doblar la lámina de manera que quede sólo una línea brillante y delgada en forma de bandita— ¿Qué haces, Harold? ¿Has aprendido algo de todas mis estrofas cuidadosamente construidas?
—No —Harry insulta medianamente, el ceño fruncido mientras sus dedos se tuerzan en el papel de aluminio en una especie de círculo torpe—. Por favor, ilumíname, señor Diario Rosa.
—Es Señor Amor Moderno para ti —dice Louis, poniendo en su mejor acento elegante—. Ahora, la clave para uno bueno, al estilo Tomlinson, de buena suerte, de perdón-por-haberme-fumado-tu-último-cigarrillo es-
—Hey.
La mirada de Louis se levanta desde las ahora quietas manos de Harry a sus danzantes ojos. Hay algo en su mirada, algún tipo de intención, una especie de fuego que causa un escalofrío en Louis y lo hace parar en seco y entonces.
—Hey —Louis respira. Están cerca, siempre lo están, e incluso en el azul seda de la noche, los ojos de Louis trazan todos los contornos de la cara de Harry, desde la fuerte pendiente de su nariz hasta la luz que capturan sus ojos y a la lenta sonrisa que se extiende sobre su cara.
—Te amo —Harry le dice. Y, como, Louis probablemente oye estas palabras cien veces al día en este punto, pero él no piensa que alguna vez va a cansarse de ellas.
—Te amo también —él dice.
Es tranquilo, excepto por los labios curvados de Harry y el corazón de Louis latiendo rápido contra su caja torácica porque algo está a punto de suceder, algo grande, y Harry sabe y él no y odia no saber (pero él ama a Harry, lo que lo equilibra).
Lentamente, muy lentamente, Louis siente una de las cálidas manos de Harry llegar a agarrar la suya. Cierra los ojos casi involuntariamente ante el toque, ante cuánto más grande la mano de Harry es a comparación con la suya, en la forma suave que Harry cepilla sus dedos callosos sobre sus nudillos, en el suave roce de los labios que se deslizan sobre su dedo mientras Harry desliza un anillo de papel de aluminio sobre su mano izquierda y- oh.
Oh.
—¿Quieres casarte conmigo? —Murmura Harry en su oído.
Su voz es suave, pero su sonrisa está gritando positivamente.
Louis se inclina y lo besa por respuesta.
Fin.

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Another Hazy May
FanficLouis es un terrible poeta y Harry vive en el ahora y tienen seis semanas para enamorarse, pero, en realidad, sólo tardan seis segundos. El dueño de una librería conoce a un militar y ambos conocen a un romance de verano; Marlboros, los Backstreet B...