XXXVI

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Harry tiene un peinado de ejército; y Louis tiene unas cuantas horas más.

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Son las dos de la madrugada en la última noche de Harry en Manchester, y la cocina de Louis y de Zayn es oficialmente un salón de belleza.

—Espero que te des cuenta de que Louis no tiene idea de lo que está haciendo —Zayn le dice a Harry con la mayor naturalidad. Él se sentó en el mostrador, mirándose tan suave como Louis lo había visto todo el verano, pantalones cortos y una de las viejas camisetas de entrenamiento de Liam, el cabello cayendo sobre sus ojos sin la ayuda del gel de 20 libras que está acostumbrado a usar y robando mordidas del pastel de medio-cumpleaños de Louis directamente del plato.

Harry, que está sentado en una silla en el medio de una pequeña cocina, se ríe, y Louis le golpea levemente en la parte posterior de su cabeza rizada.

—Eso no es cierto —Louis dice con firmeza—. Corté el pelo de Liam en marzo.

—Se veía horrible —Zayn le recuerda.

—¡Hey! —Liam se queja desde el fregadero, donde Niall le ha alistado a retocar sus raíces con lo que parece ser el pincel de un niño y varias tiras de papel aluminio.

Louis no le hace caso y coge las tijeras del cajón de la cocina. —Eso es sólo porque Liam no se ve bien con el pelo rapado.

—Eres un idiota, Lou —Liam suspira, pero no es grosero.

Están siendo todos muy buenos, se percata Louis, dándole a ambos, Harry y él, largos abrazos frecuentes, ofreciéndoles cervezas, y rechazando incluso la sugerencia de dormir un segundo en la última noche de Harry en el departamento. Louis se debate entre el deseo de vomitar y las ganas de bañarlos a todos en champán. Aunque reír junto con ellos parece un buen compromiso.

—Tú eres lo que comes —Niall dice sabiamente.

—Wow, compañero —dice Harry—. Debes de haber tenido algunas mamadas increíbles.

Estos son mis chicos, Louis piensa mientras enrolla la toalla a rayas alrededor de los hombros de Harry. Estos son mis chicos. Casi sin pensarlo, se inclina para darle un beso a la sien derecha de Harry.

—Hey —Harry dice en voz baja, sonriendo. Louis no puede ver su rostro, pero sabe exactamente cómo se debe de mirar ahora mismo; una sonrisa ligeramente torcida, hoyuelo más pronunciado a la derecha.

Louis cree que eso es lo que es el amor, tal vez, cuando se puede oír la sonrisa de alguien.

—Hey —Louis mete la nariz en los rizos de Harry y lo inspira—. ¿Estás seguro de que quieres que yo haga esto?

—Bueno, eres tú o Niall —Harry le dice—. Y me gustaría mucho más que sea alguien que habla el inglés británico.

—¡Hey! —Niall se queja, como si alguien pudiera tomar en serio a un pequeño muchacho irlandés que se está aclarando las raíces.

—Te amo —Louis ríe.

Harry inclina la cabeza hacia atrás, y mira a Louis al revés. Su sonrisa es contagiosa, y Louis se está riendo de nuevo mientras se inclina para besarlo, estilo propio de Spiderman.

—Te amo, también —Harry susurra en la boca de Louis.

Y mientras Louis toma las tijeras y deja que el primer rizo caiga, espera que eso sea todo lo que importa.

Another Hazy MayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora