XXXVIII

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Harry quiere un futuro y Louis está en él.

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Han vuelto a Blackpool, bolsas almacenadas en la misma habitación en el mismo pub tocando la misma canción y toallas extendidas sobre la misma playa, en la misma ciudad donde las mismas dos personas se reunieron en medio de cientos de cuerpos en movimiento. Es sorprendente, sin embargo, cuán lejos han llegado en un corto período de tiempo, lo diferente que se siente todo. Louis no está seguro de qué hora es, sólo sabe que el sol no se ha escondido todavía y hay personas dispersas en la arena a su alrededor, pero él sólo puede ver a Harry.

—¿Podemos hacer algo? —Harry le pregunta en un momento cuando están simplemente tumbados en la arena, uno al lado del otro.

—Podemos hacer lo que quieras, Haz —Louis le dice.

—Yo sólo- sé que nada está garantizado, y lo juro por Dios, Lou, si algo me llegara a suceder a mí y tú no siguieras adelante sería un fantasma y volvería a atormentarte, pero, yo como que quiero hablar sobre el futuro, contigo, supongo.

Louis inclina la cabeza hacia un lado para encontrarse con los ojos de Harry. —¿Estás seguro? —Pregunta con cuidado.

—Sí —hay una pequeña sonrisa en los labios de Harry—. Lo estoy.

—Muy bien, entonces —dice Louis. Su corazón está latiendo irracionalmente rápidamente porque, bueno, Harry se irá en unas pocas horas, pero están haciendo esto de todos modos. Se siente arriesgado y se siente imprudente—. ¿De qué es lo que quieres hablar?

—En primer lugar, de las cosas pequeñas, creo —dice Harry—. Te llamaré. Los martes.

—Los martes —Louis hace eco.

—Así que el próximo martes, puedo llamarte, ¿no?

Louis ríe ante el tono dudoso en la voz de Harry, ante la pregunta, en realidad, pero es doloroso, porque el martes está a cuatro días de distancia, pero parece un tiempo tan, tan lejano considerando que no podrá oír la sonrisa de Harry, y si no puede sobrevivir hasta el martes, ¿Cómo va a llegar a marzo? —Siempre puedes llamar, Harry —él promete, su voz pesada con la verdad.

—Te amo —Harry le dice en un tono similar, elevándose un poco para dejar un beso en la parte superior de la cabeza de Louis—. Muy bien, continuemos. Un poco más lejos esta vez.

—¡Qué atrevido de tu parte! —Louis se burla antes de que pueda detenerse. Harry le golpea juguetonamente el brazo.

—Ya no voy a volver a enlistarme en el ejército, para el servicio activo —Harry dice claramente.

El aliento de Louis se corta en su garganta. —¿No?

—No.

—Haz —Louis se obliga a sí mismo a reprocharle, porque su razón funciona en todos los sentidos—. Si esto es sobre mí, o nosotros... tú no tienes que dejar de hacer lo que quieres sólo porque-

—No, Lou —Harry niega con la cabeza, mira de reojo hacia el sol como si las palabras que él está buscando estuvieran flotando en el cielo—. No es así, realmente quiero quedarme.

—¿Vivo?

—Contigo.

—Está bien —dice Louis como si eso no lo hiciera la persona más feliz del mundo. Y luego, porque están siendo honestos, dice: —Eso me hace la persona más feliz del mundo.

Harry se sonroja en carmesí, una sonrisa grande y tonta se extiende en su rostro, y Louis se inclina para besarlo entre las orejas.

—Entonces, ¿Cuánto tiempo te queda? —Louis se atreve a preguntar.

—Dos años de servicio activo —Harry le dice—. Luego de cuatro informes mensuales a una base cerca de casa, en caso de una Tercera Guerra Mundial.

Dos años. Dos años, ¿pero en serio dos años? Pero aún, dos años.

—Dos años —dice Louis—. Puedo con dos años.

—¿Sí? —Harry le pregunta, como si él no pudiera creer lo que está escuchando—. Tú no tienes por qué hacerlo, de verdad.

Louis mira a Harry como si fuera el chico más loco en el mundo, aunque él lo es, y pasa la mano por el cabello recortado de Harry. —¿Qué sigue después? —Pregunta con firmeza, esperando a que su tono imponga la mera noción de él sin esperar a que Harry descanse.

Harry se ríe, un poco aturdido. —¿Qué quieres decir?

—Después del ejército —aclara Louis—. ¿Qué pasa después?

Louis estudia el perfil de Harry, teniendo a la vista sus cejas fruncidas, con la boca apretada en una línea firme como si estuviera tratando de mantener ocultas las palabras que están luchando por salir.

—¿Qué sigue, Haz? —Pregunta de nuevo, más suave.

Harry se vuelve hacia Louis, y sus ojos verdes son tan ligeros como el océano rompiendo en frente de ellos, y ellos sostienen una especie de esperanza ciega que Louis no está seguro de lo que hizo para merecer.

—Me gustaría... Me gustaría quedarme en Manchester. Contigo. ¿Podría hacer eso?

Louis está convencido de que jamás sonrió tan amplio en su vida. —Obviamente, idiota.

Harry deja escapar una respiración profunda, y una especie de sonrisa asombrada, y más palabras comienzan a caer de su boca. —Yo estaba pensando- vas a enseñar, por supuesto, e incluso escribir, y yo estaría en la escuela de cocina, tal vez. Conseguiría un título calificado. Después podría abrir un lugar, sólo una panadería o un café, tal vez, con un karaoke los sábados, y- y un departamento en la parte superior del edificio. Nada del otro mundo, sólo- una escalera de incendios, sí, y una especie de sofá cómodo que voy a llevar a casa de alguno de mis viajes y vas a fingir que lo odias porque huele como a hipsters, pero vamos a acostarnos en el de todos modos, todo el tiempo, y- oh, podemos pintar el dormitorio de verde menta, o algo así, sólo algo para nosotros, hogareño y pequeño.

—No demasiado pequeño, sin embargo —dice Louis, incapaz de detenerse—. Tenemos que tener lugar para-

—Los niños —Harry suspira.

La magnitud de lo que acaban de hacer golpea a Louis como un tren a toda velocidad. Están dentro de un mundo donde las probabilidades son diez contra uno en contra de ellos, pero cuando Louis cierra los ojos no siente nada más que pura felicidad.

—Quiero construir una vida contigo —Louis dice en voz baja, y él no podría estar más feliz de ver a la promesa bailar en el aire entre sus rostros.

—Dilo otra vez —le susurra Harry, aparentemente aturdido, y, en retrospectiva, esto es grande para él, también, colosal, un cambio de vida.

—Te amo —Louis le dice—. Y quiero seguir conociéndote por siempre.

—Una vez más —Harry exige—. Más fuerte.

—¡HARRY STYLES! —Louis grita, saltando y gritando a todo el que lo va a escuchar—. ¡QUIERO ESTAR CONTIGO POR EL RESTO DE MI VIDA!

—¡TE AMO, LOUIS TOMLINSON! —Harry le grita, medio riendo, medio llorando, y él se levantó ahora, también, y de repente se están besando, y no hay ninguna técnica involucrada, sólo la promesa desesperada de sus bocas juntas, con algo que aún no están listos para decir, y, bueno.

—Me tienes —Harry susurra una y otra vez, y cada vez que lo dice, el corazón de Louis se rompe de nuevo con lo mucho que quiere que sea verdad—. Me tienes.

Another Hazy MayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora