XXXIII

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Louis no puede decidir si está más enfadado consigo mismo o con Harry, por lo que se venga con Zayn.

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—¿Podrías por favor masticar más fuerte, Zayn?

Zayn mira por encima de donde él se sentó junto a Louis detrás del mostrador, Shakespeare en una mano y una bolsa de patatas fritas en la otra. Él deliberadamente mastica, enviando una mirada mordaz en la dirección de Louis.

—Imbécil —Louis se queja, y luego vuelve a su tarea de equilibrar los libros, o, como Louis lo ha llamado en las últimas horas, entretenerse mientras espera a que Harry le envíe un mensaje.

¿Nada todavía? —Zayn le pregunta suavemente. Louis le lanza una mirada como si fuera la culpa de Zayn que Louis y Harry hayan logrado arruinar las cosas tan bien estos últimos días—. Tomaré eso como un no.

—¿Puedes sacar tus pies de la mesa? —Es todo lo que dice Louis y Zayn deja escapar un suspiro y planta ambos pies firmemente en el suelo. Hay un minuto de silencio, Louis ceñudo hacia abajo mientras lee los números minúsculos en la página en frente de él, antes de que Zayn decida que ya es suficiente.

—Muy bien —Zayn anuncia—. Es hora de cortar esta mierda.

Curiosamente, Zayn no era el compañero de piso original de Louis. Inicialmente, Louis había sido emparejado con Sam, un tranquilo aspirante a abogado con un desafortunado acento de Birmingham pero con las ocho películas de Harry Potter en DVD y una tetera eléctrica. Louis y Sam tenían un respeto mutuo el uno al otro, y Louis siempre se aseguraba de apagar las luces cuando estaban fuera y Sam ni una sola vez se quejó de los seis pares de TOMS de Louis apestando la sala. Sin embargo, después de conocer a un muchacho irlandés rubio con una tolerancia astronómicamente elevada al alcohol y una afición por llevar camisetas que apenas cubrían sus pezones en su clase de mitología, Louis comenzó a pasar mucho menos tiempo viendo re-estrenos de capítulos viejos de The X Factor con Sam y mucho más tiempo desmayado y con resaca, en el departamento de Niall. Louis se sintió ligeramente ofendido cuando Sam se le había acercado a finales de octubre para preguntarle si podían cambiar de compañeros.

—Mi mejor amigo vive en este pasillo, y él está aquí todo el tiempo y tú no y yo simplemente estaba preguntándome si-

—Está bien, amigo, yo lo entiendo —Louis había sacudido una mano con desdén—. Siempre y cuando él chico esté bien con eso.

—Creo que te caerá bien —Sam le había contestado con sinceridad, y parecía tan emocionado que Louis no podía decir que no.

—Espero que no tenga un problema con mi cartel de Kim Kardashian —es la primera cosa que Zayn le había dicho a Louis cuando Sam y Stuart los habían presentado.

—¿Rob también está en ese cartel?— Louis había querido saber.

Zayn se rió, una pequeña sonrisa secreta en su cara cuando lo miró. —Desafortunadamente —suspiró, y ellos ya estaban viviendo juntos para el final de la semana.

Tenían un montón de sexo en un primer momento, y cuando no dormían juntos, estaban ocupados y desesperados sintiéndose estúpidamente enamorados - no en el sentido romántico, sólo en la forma en que dos personas a veces se convierten en el mundo del otro de repente y permanecen así para siempre -. Ellos se imaginaban a sí mismos como los reyes del campus, pasando sus noches tratando de superarse al otro en concursos de bebidas y teniendo un montón de sexo o siendo más astutos que los demás (Niall se unía con frecuencia), y sus días tratando de tomar notas de las clases menos útiles. En la primavera, Zayn llevó con orgullo el pastel de felicitaciones a la asamblea de jugadores de golf y salió de ella con una licencia de socio y un deportista importante llamado Liam Payne. Zayn y Louis dejaron de lado el sexo loco pero se mantuvieron como amigos, Louis y Niall planearon varios métodos descriptivos de asesinato que involucraban cinta y cuchillos para aterrorizar a Liam, y continuaron existiendo en una especie de burbuja.

Hasta que, obviamente, todo esto pasó.

—¿Qué? —Louis está suspirando ahora, ignorando al muchacho posicionándose justo contra su espalda. Delgados brazos se aferran alrededor de él, y siente un beso en su sien.

—Debes empezar a llorar ya o dejar de poner mala cara —Zayn dice con firmeza.

Zayn sabe absolutamente todo sobre Louis, sabe sobre su equivocada obsesión Cheryl Cole cuando tenía 15 años y la forma en la que todavía llora a veces en la noche, también sobre su marca de nacimiento en la parte interna del muslo derecho y los programas de televisión que a Louis le gusta ver cuando está enfermo y los que le gusta ver cuando está triste. A veces, se siente como que Zayn podría saber un poco más sobre Louis que el propio Louis, pero ahora, Louis se da cuenta, sólo necesita a alguien que le diga qué hacer.

Y así es como se recuesta sobre la mesa y solloza.

Zayn está allí enseguida, frotando círculos a lo largo de los hombros agitados de Louis, presionando besos entre los omóplatos, susurrando suaves y pequeñas mentiras acerca de cómo todo está bien, "Lou, cariño, simplemente desahógate". Por cuánto tiempo se quedan así, Louis no podría saber, pero después de horas o días, meses o eternidades, Louis se limpia los ojos con el dorso de la mano y tira de él hacia arriba y alarga las mangas de su suéter para que cubran sus manos.

Él le pregunta a Zayn si algo de esta basura siquiera vale la pena.

—Sí, Lou —dice Zayn, cepillando sus dedos sobre el flequillo de Louis—. Vale la pena esto, y mucho más.

Another Hazy MayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora