Cap. 17

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HORAS, no minutos.

Deje a Noah, Ronnie y Linka para que siguieran charlando en la piscina, en cuánto a mi y a Ron, fuimos directo a un bar y pedimos el trago más fuerte que tuvieran. Escoció mi garganta como si me estuvieron fusilando en ese preciso momento, pero no era nada comparado con la vergüenza que sentía, y que tampoco Ron ayudaba haciéndomelo recordar cada tres segundos.

Se suponía que era nuestro tiempo de pareja con ella, no entendía porque esos tres locos tuvieron que venir y arruinarlo todo. Eran mis amigos, graciosos y chicos estupendos, pero no era el momento más adecuado para venir a "Animar las noches", de eso me podía encargar yo sin la ayuda de nadie.

Ron estaba distraído mirando el futbol en la televisión. Cuándo de pronto, mientras bebía, sentí una mano delicada en mi hombro. Supe de inmediato que no era Ronnie, ella solo iba y me gritaba, o me golpeaba en el hombro o cualquier tipo de cosa infantil que por más años que pasáramos juntos, nunca dejaría de hacer como si fuéramos los mismos niños.

Gire mi cabeza lentamente y me encontré con una chica rubia, más o menos de la estatura de Ronnie, pero con ojos verdes profundos y bonitos. Sin embargo, era muy femenina y seductora. No tenía la gracia y simpatía que desbordaba mi novia.

-¿Que hace un chico como tu bebiendo a estas horas? ¿Quieres que te acompañe? -debía tener más de veinte años, se le notaba en la mirada y la voz. Además, parecía dispuesta a todo porque la invitara a una copa. No me apetecía hablar con ella, pero tampoco estar solo con un apasionado por el futbol, bebiendo como un condenado hora después de bajarme de un avión, así que no reclame cuándo ella se sentó en la silla que estaba a mi lado.

-¿Como te llamas? -Me pregunto. Me miraba de arriba a abajo analizando la ropa cara que la madre de Ronnie me había regalado para el viaje. Seguro pensaba que era su día de suerte.

-Marie -mentí- Marie Jones.

Jones era el segundo apellido de Linka, no creía que se enojara si tomaba prestado su apellido para burlarme de una cualquiera y mucho más para defender a su amiga. Estaba seguro que seguro que si se lo decía, me hubiese regalado encantada toda su identidad, le fascinada ese tipo de bromas.

-Yo soy Stacy Smith -trate de fingir asombro lo mejor que pude, a veces para esas cosas era bastante bueno, para fingir sentimientos.

-¿No eres de aquí, Marie? 

-No, soy de... Escocia -cada vez se acercaba más haci mí y recargaba todo su pecho sobre el mesón del bar, su escote resistía todo lo que podía por no reventar.

-Yo soy de Canada, Toronto -Comencé a odiarla tan rápido como hablaba. Me contaba cosas que no preguntaba y eso era desagradable, Ron al fin noto mi existencia y cuándo me vio con una cara aburrida rio y me susurro algo como "te las veras con ella". Entonces, cerca de la entrada del bar divise el cabello de Ronnie. Ya no estaba con los chicos y parecía algo perdida, seguramente no sabiendo a donde ir o que hacer.

Desee que dejara de lucir como una niña extraviada para que me fuera a rescatar de esa bruja que tenía a mi lado, que se las arreglaba hablando de si misma sabiendo que no la estaba escuchando. 

Mis plegarias fueron escuchadas, y Linka apareció de repente y me señalo, vio como se reía de si misma se golpeaba la frente, sonreía ante su gesto, pero vi como ella fruncía el ceño. Parecía como si un aura oscura la rodeo de repente. Ni siquiera espero o esquivo a las persona que se le cruzaban, camino a toda prisa con decisión hacia mi. Le sonreí como nunca cuándo estuvo lo suficientemente cerca como para distinguir las expresiones de mi rostro, le dedique la sonrisa más inocente y a la vez burlona del mundo. No planeaba causarle celo, pero era una pequeña venganza por lo de Noah.

Debería odiarte, pero no puedo (Ronnicoln)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora