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CINCO

El rubio se levantó repentinamente asustado comenzando a toser como loco al sentir el agua que le habían tirado al rostro.

—Al fin despiertas imbécil. —Jimin tenía nuevamente enfrente al chico pelinegro. Cuando su tos se calmó se dio cuenta que estaba guindado de sus brazos apenas sus pies tocaban el piso por lo que resultaba más dolorosa aquella posición.

—Vas hablar ahora, Jay.

—QUE NO ME LLAMO JAY —gritó molesto pero se arrepintió al instante al ver como aquel hombre lo miraba.

Yoongi soltó una pequeña risa para luego dirigirse a la mesa que estaba en una esquina de aquel cuarto y tomar el bate.

—Así que no eres Jay. —Levantó el bate y lo estrelló en su muslo derecho.

—¡AAAHH! —gritó el rubio. Las lágrimas que comenzaron a salir de su rostro era clara señal del dolor que estaba sintiendo.

—No sé quién es Jay, lo juro. —Se apresuró a decir en medio de su llanto.

—¿Acaso crees que tengo la cara de idiota? Dime de una buena vez dónde están los videos y mi dinero.

—Ya le dije que no sé de que me habla y si quiere dinero mis papás pueden dárselo.

—¿Papás? ¿De qué padres me hablas idiota? —Para ese punto Yoongi estaba más que furioso al sentir que el rubio tenía el descaro de burlarse.

—Por favor, solo llame a mis padres y tendrá su dinero —suplicó.

—Lo preguntaré una vez más Jay. ¿Dónde carajos tienes los videos y mi dinero?

—No sé de qué habla. Déjeme ir, por favor.

—Veamos cuánto te dura tu teatro después de los golpes que te daré —dijo para acto seguido volver a levantar el bate y estrellarlo en el delgado cuerpo del rubio. Los golpes no cesaron hasta que al pequeño rubio se le desgasto su voz de tanto gritar y suplicar.

—Por favor, ya, ya, no sé de que videos me habla —volvió a decir intentando que le creyera en esta ocasión.

—No saldrás de aquí hasta que me digas lo que quiero saber.

—Le daré dinero si es lo que quiere, solo le puedo dar eso, señor.

—¿Señor? Realmente pretendes que crea el teatro que estás montando.

—Yo no estoy actuando ni mintiendo, señor.

—Mira Jay, será mejor que dejes de hacerte el idiota sino será peor para ti.

—Me llamo Jimin, me está confundiendo.

—Como digas, espero puedas dormir bien. —Salió del cuarto dejando a un chico adolorido y llorando.

El pequeño rubio aumentó su llanto, rogaba y suplicaba para que lo soltasen pero sus gritos eran ignorados, su cuerpo le dolía y ni siquiera sabía el motivo de tanto odio por parte del pelinegro.











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¿Quién eres? (YM) EDITANDO-CAP. FINALES 🔓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora