❥𝐁𝐢𝐭𝐭𝐞𝐫 𝐒𝐰𝐞𝐞𝐭፝֯֟⋆ʸᵒᵒⁿᵐⁱⁿ

❥38❥ ❥Penúltimo❥

— ¿Cómo está jimin?

yoongi alzó la vista y pudo ver a su mejor amigo entrando a su oficina.

— Se encuentra bien, esta en su última semana — dice yoongi y regresa su vista a su trabajo — Sabes..

— Mhm...

— No podría ser más feliz — y yoongi sonríe mirando al techo.

— Como no amigo, es tú no mejor dicho son tus bebés — le dice sonriendo — Todavía recuerdo cuando nació mina era tan pequeña y tan indefensa.

yoongi también recordaba cuando nació su pequeña y berrinchuda bebé, cuando la tuvo con él pudo sentir su lenta respiración y los latidos de su tierno corazón, tenerla con él fue el mejor día de su vida.

— ¿Y mina como se lo esta tomando?

— Muy bien a decir verdad, ha estado muy hiperactiva de lo feliz que esta de conocer a sus hermanitos — dice sonriendole a Namjoon — Ya hasta arreglo su cuarto para que los bebés duerman con ella, dice que los cuidará muy bien.

Namjoon sonrió mostrando sus hoyuelos.

— No cabe duda que será una gran hermana mayor.

El mayor iba a responder cuando le llego una llamada a su teléfono.

— Permíteme un momento Nam — le dijo y atendió la llamada — ¿Qué pasó jungkook?

— Espero que tú día te este yendo de maravilla, ya que el día esta totalmente soleado, los pajarillos cantan en todo su esplendor, el viento corriendo sobre..

— Al grano min — bufa el pelinegro — ¿A qué se debe tú tan y linda llamada?

Se pudo escuchar un silencio por unos pocos minutos hasta que escucho a su hermano.

— Quería saber si ya revisaste tú celular.

— No, hasta ahora que me llamas ¿por qué?

Escucha un bufido molesto de su hermano.

— Podrías revisarlo pedazo de animal.

yoongi alza una ceja y separa el teléfono de su oreja y checa el teléfono, por el momento ve todo bien hasta que ve unos mensajes.

Little chick.

Cariño, no quiero interrumpir
tú trabajo pero....
tus preciosos hijos se
adelantaron, taehyung me esta
llevando al hospital.

yoongi abrió los ojos sobremanera, tomó su saco rápidamente de su asiento al igual que sus llaves, Namjoon que estaba ahí lo quedó viendo raro.

— ¿Qué pa....

— Mis hijos se adelantaron.

— ¿Qué? ¿No que les faltaba una semana?

— Pues al parecer ya no, tengo que ir al hospital — el pelinegro paso a su lado.