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Mal había cavado un hoyo en la tierra no muy lejos de la sombra, no muy lejos del campamento que habían armado entre los sobrevivientes, habían decidió enterrar a Merophe aunque fuera simbólicamente, no la habían podido sacar de la sombra.
Inej se había quitado el velo y lo había doblado con cuidado y había colocado un par de rosas rojas arriba, Jesper le había quitado varias balas a sus pistolas y las había colocado junto con las rosas, Zoya quito el lazo que amarraba su cabello, regalo de Merophe, con el había fijado la cosas al velo de Inej, Alina se había quitado la peineta que llevaba en su cabello y lo había colocado encima de todo, Kaz había puesto el bulto en el fondo de la tumba, y después habían sellado la tumba, pusieron una gran roca donde con una daga de Inej grabaron el nombre de la invocadora.
Inej dirigió varias oraciones y Kaz pareció no inmutarse ni doblegarse, se mantenía allí, entero y sereno, con la vista baja, viendo un punto vacío.
Cuando decidieron irse Kaz se reuso a acompañarlos, y se reusaba a hablarles, Inej no lo obligo a nada, solo dejo que se quedara ante la lapida donde yacía la interpretación del alma mas pura de todo el mundo, la que en cuerpo y en alma lo daba todo, los hombres decían que las estrellas corrían por sus venas.
Merophe era mitología en carne viva, una diosa entre miles de mortales, una sankta entre demonios, fuego ardiente en sus ojos, hecha de la luna, iluminada por las sombras.
Kaz sentía tanta ira, se sentía desgraciado, sentía que el aire le faltaba, cayó de rodillas ante la tumba de Merophe.
No podía evitar amarla, aunque lo intentará.
Ella me levantó del suelo lleno de espinas con mil mordeduras de serpiente, inmóvil por el mareo, ella no escuchó esos bastardos y sus maldiciones.
Además los pensamientos amenazaban a Kaz trató mantener la compostura pero los recuerdos de Merophe y su suaves labios rozando los de el, el ligero temblor que se extendía por su cuerpo ante el roce ligero de los guantes de Kaz contra la piel de porcelana de Merophe, lo hicieron derramar un par de lágrimas.
Cuando levanto la cabeza y miro la sombra pensó, pensó en todos los planes locos y descabellados que Merophe había formulado en su cabeza con el en Ketterdam.
Mientras sus lágrimas silenciosas manchaban las mejillas de Kaz y le nublaba la vista, y observaba donde yacía su amor, se llevó una mano enguantada hacia el bolsillo interno de su abrigo.
Caminaremos este camino y nos cansaremos.
Sentía un vacío en el pecho un vacío que Merophe solía llenar, se sentía contaminado, no podía pensar del todo claro, le dolía respirar, sentía que a cada inhalación era como si respirara oxido, como si el aire se le fuera de lo pulmones.
Merophe era fuego ardiente y hielo azul, el mismo fuego que ahora Kaz sentía correr por sus venas, acabándolo lentamente.
Tenia una frase escrita en la cabeza que nunca se la dijo a Merophe:
La vida sin ti no puede ser perfecta
Cada que tragaba, sentía una roca pasar por su pecho, cada que se lamia los labios recordaba el día que Merophe lo beso y él sintió sus labios, como el roce del ala de una mariposa, como la pluma de un ave.
Kaz saco su mano del bolsillo y observó el pequeño regalo que le daría a Merophe, de oro puro, con un diamante incrustado, digno de una chica como Merophe, digno de una diosa, digno de ella.
Observó el anillo por unos segundos, para después enterrarlo en la tierra para siempre, ya no podría cumplir sus fantasías con Merophe.
Ahora iba a volver a casa con un vacío en el pecho, su motivo para seguir se había ido.
La quiso a pesar de que no quería querer a nadie.
Y eso es lo que mas le dolía.
La quería y mucho la quiso tanto que la ayudo a destruirlo, aunque no haya sido culpa de la chica, ambos permitieron enamorarse del otro, en silencio, como una bruma por la noche, en secreto, guardado bajo llave.
Merophe, su nombre seguia sonando como una melodía en el viento, calmando todo y al mismo tempo causando tempestades.
Perdón, nunca pensé que alguien llegara a amarme
No quise dejar irte ni todas las cosas que tuvimos
Las voces de los dos amentes seguia parecieron unirse en el viento, Kaz se estaba imaginando cosas, Merophe no volvería, la había dejado ir, y ahora no quedaba más.
Sabia que tardaría un tiempo, curarse de una enfermedad que poco a poco lo iba a a matar o a sanarlo, una enfermedad crónica llamada Merophe.
Todos los besos que Kaz se había imaginado, volvían a sus recuerdos.
Merophe estaba viva, no en cuerpo y alma pero si en el corazón de Kaz, estaba viva en sus recuerdos, una pequeña parte de Merophe vivía con Kaz, corría por sus venas, Merophe estaba viva en cada rosa, en cada atardecer cuando caía la noche y la luna hacia su aparición.
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Los ojos grises de Aleksander se abrieron con asombro.
Estaba en la sombra, un ardor recorría su cara.
Había estado inconsciente un rato en la sombra, sin saber que había pasado, lo último que recordaba era que había escuchado a Merophe caer y el grito de Zoya al verla.
Merophe no estaba muy lejos de él, podía sentir su presencia, pero no sabia si estaba muerta, quizá si, quizá se había ido.
Aleksander se tocó la cara donde recorrían varias cicatrices por su cara, no quiso pensar en el aspecto que podría presentar Merophe si la encontraba.
Un tintineo bajita y quedo se escuchaba en la sombra, como si se arrastraran miles de cadenas.
Como si alguien jalara de cadenas, hacia algún punto.
Aleksander trató de distinguir la fuente del sonido o distinguir un ave que no fueran los Volcra, pero no, no había nada.
Salvo...
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𝕄𝕖𝕣𝕠𝕡𝕙𝕖
FanficMerophe ••• Shadow and Bone ❝Piedad, piedad, cadenas alrededor de mi en mi, intenta liberarte de la oscuridad en mi, dentro de mi, soy oscuridad y la oscuridad tiene secretos❞ #1 en thedarkling 26/07/21 #1 en freddycarter26/07/21 #1 en kazbrekker...