Sola...por siempre

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Desde que habían regresado al pequeño palacio, y Aleksander ordenara cerrar todo entrada y salida, y decirle a Genya que le quitara a Merophe las cicatrices que le habían dejado sus aventuras con los cuervos.

La pelinegra se pasaba horas y horas en el balcón aspirando el aire de Os-Alta, tratando de encontrar en ellos cualquier rastro que le recordará a casa a Ketterdam.

Aleksander había intentado por todos los medios tratar de ablandar su enojo, pero la chica seguia reacia a no querer perdonarlo por nada.

En ese lapso de tiempo aquella chica de semblante hermoso y porte intimidante, cabello rizo y sedoso y labios rojos y carnosos había desaparecido, Merophe había adelgazado demasiado, mucho, a lo critico y quizá algunas veces había enfermado por la inanición que sufría, pero nadie podía hacerla cambiar de opinión o obligarla a probar bocado.

También Aleksander estaba algo deprimido pero no arrepentido, había devuelto a su chica y a su princesa aunque con cada minuto que pasaba la chica se fuera cada vez mas.

Genya estaba preocupada por Merophe, casi no comía y se la pasaba encerrada en su habitación, salia pocas veces y además el cabello largo que antes solía lucir ahora estaba corto hasta los hombros, en un arrebato de ansiedad la chica lo había cortado.

Además Merophe a pesar de estar débil aun seguia comiendo de vez en cuando las uvas que tanto le recordaban a Kaz, mientras Aleksander la observaba en secreto y en silencio, y aun así con las pocas fuerzas que la chica tenía se solía subir a uno de los tejados y a la azotea y allí contemplaba el atardecer tomando entre sus brazos con fuerza el bastón que la había pertenecido en vida a su ser amado y de vez en cuando la invocadora lloraba, en silencio, sola.

Lloraba lágrimas gruesas y amargas pero silenciosas, recordando que si no se hubiera metido a la discusión entre Kaz y Aleksander luego de ir al campamento, quizá Kaz aun seguiría con vida, lejos pero vivo.

Si tan solo se hubiera quedado en el pequeño palacio y no hubiera ida a Ketterdam a su aventura, si no hubiera conocido a Kaz y no hubiera aceptado sus regalos, si no lo hubiera seguido, quizá el estaría vivo y Aleksander no lo hubiera matado.

Merophe se observó las manos, y recordó que sus manos trataron de detener la sangre que emanaba del pecho de Kaz, y se tallo los ojos, recordando qué ella fue quien vio a Kaz morir quien vio a Kaz en el último momento, segundos antes que los ojos color café amargo que la habían enamorado antes poco a poco se fueron cerrando, viéndolos por ultima vez.

La chica dejó que sus lágrimas corrieran por sus mejillas quizá a ese punto ya tenia marcas de tanto llorar pero le importaban poco, había dejado de comer un poco, o nada, con la esperanza de reencontrarse de nuevo con su cuervo.

Con Kaz

Demon también estaba deprimido, ya no tenia a nadie para que lo protegiera ni a nadie con quien buscar refugio, se había ido.

Aleksander se repetía varias veces al día que no era su culpa que era necesario, que así Merophe estaba feliz, pero solo se engañaba a si mismo, sabía a donde iba la chica a deprimirse mas, así que decidió hacerle una visita.

—¿Por que lo hiciste?—. Le reprochó severamente Merophe con la voz rasgada, secuela de su llanto.

—Comprendelo Merophe —. Aleksander se acercó a ella y la rodeo por la cintura sin ninguna objeción por parte de la chica, noto que llevaba agarrado el bastón con agarradera en forma de cuervo.

—No—. Sollozo la pelinegra —Lo mataste solo por tu egoísmo, lo mataste para estar conmigo, lo mataste por que lo quería cera de mi, mataste al único ser que me demostró amor y no solo me veía como una cosa bonita—

—Merophe no...

—Merophe si, y esta noche pierdes a Merophe —.

Esa misma noche Genya llegó hasta donde Aleksander, con los ojos llenos de lágrimas y el cuerpo temblando, la confeccionadora puso el grito en el cielo al decir que Merophe se había ido...para siempre.

Estaba muerta.

Y no había vuelta atrás.

Lo había causado una sola persona: Aleksander Morozova.









...






Aleksander se despertó bañado en un sudor frío, después de tener esa fea pesadilla, volteo preocupado para todos lados y pudo confirmar que seguia en el campamento Grisha que había armado para buscar a Merophe y Alina.

Suspiro aliviado, solo fue un muy mal sueño, pero muy real.


Suspiro aliviado, solo fue un muy mal sueño, pero muy real

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Nos vemos


Kat

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