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Anastasia

Bajo las escaleras del jet luego de haber dormido por unas largas e interminables horas. Juro que casi me corto las venas del aburrimiento. Las gafas de sol descansan en mi cabeza. Me anoto mentalmente felicitar después a Isabella por haber elegido este vestido por mi, no hace demasiado calor pero si lo suficiente para querer caminar desnuda por las calientes calles de Atenas.

Christopher ha andado con cara de «no te me acerques o te mato» en todo el viaje, y creo creer porque es. Ivana no ha dejado de parlotear sobre sus nuevos seguidores y ha insistido en tirarse fotos juntos por más de diez veces para su Instagram pero su "prometido" solamente la ignoró todo lo que pudo.

Esa mujer si que es intensa.

El susodicho baja detrás de mi y no es hasta que lo siento apretarme una nalga que no noto lo cerca que se encuentra. Deja una leve mordida traviesa en mi oreja y abro los ojos desmesurada ante el descaro con que lo hace. Miro a los lados verificando si alguien ha visto y suspiro aliviada al ver que todos están subiéndose a los autos que nos llevarán al hotel. Al ser los últimos en bajar, aprovecho y lo reprendo con la mirada a lo que él solo me guiña un ojo y pasa a ponerse sus gafas y caminar delante de mi despreocupado con las manos en los bolsillos de los pantalones.

Igualo su paso poniéndome las mías mientras observo a la rubia de su novia indicarle que suba al mismo auto con ella.

Pobre, lo que le toca.

Me encamino al Volkswagen negro y me siento en el asiento de atrás sola, puesto a que Ivana va con Christopher y Patrick con Marco. Cabe recalcar que la presencia de la rubia no pinta nada en todo esto pero conociéndola deduzco que sólo vino para fotografiarse en el caro hotel, ya que dudo mucho que tenga algún conocimiento sobre los negocios.

Tras algunos minutos de viaje en auto, en el que me la paso hablando por mensajes con mi mejor amiga, el coche para en las imponentes puertas del lujoso hotel. Pasamos a la recepción, nos dan las tarjetas que abren nuestras habitaciones y pasamos a subir al elevador para entrar en éstas, o por lo menos yo, porque Ivana quiso hacer un "recorrido" por la inmensa piscina del lugar. Patrick y Marco se quedan en el segundo piso —donde están sus habitaciones—, mientras que Christopher y yo nos quedamos solos.

Oh, oh.

Nada más se cierran las puertas del mismo y siento como me dan la vuelta bruscamente. No hace falta ser adivino para saber quién es, y el hecho de que me haya quedado sola con él tampoco me hace dudar, de hecho.

Posa una mano en mi cintura atrayéndome a su cuerpo mientras agarra mi nuca con la otra, besándome con una intensidad que me deja sin habla. Agarro su cabello, jalándolo a su paso; muerdo su labio inferior al separarnos.

Desgraciadamente, necesitamos respirar.

—Lo haz hecho a propósito, ¿huh?

—¿El qué?  —hablo con la respiración igual de entrecortada que él.

—Ese vestido. —aprieta una de mis nalgas, haciéndome jadear—. Me trae loco desde que te subiste al puto jet.

Sonrío inevitablemente, admito que no estaba en mis planes provocarlo pero tampoco me quejo, la verdad. Intento hablar pero las puertas de repente se abren y tan rápido como lo estas lo hacen, nos separamos.

Camino decidida a encontrar mi habitación pero me detiene, quedando pegada mi espalda a su pecho y susurra en mi oído—Habitación 2205, por si te quieres dar una vuelta.

Deja un beso en mi cuello y sonríe de lado.

~°~

¡Esto es la verdadera gloria!

AGRIDULCE © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora