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Horas antes.

Christopher

Desde que había empezado mi día había notado que sería de lo más.. interesante. Desde Suset dejando el trabajo por malestares sospechosos hasta el doble de estrés que cargaba ocupándome de todo sin mi secretaria a mi lado. Marco me ayudaba con algunas cosas, pero no era suficiente.

Todo cambió cuando recibí la llamada de la delegación. Al parecer, la amante francesa de mi padre, de la cual su nombre poco me importa, había estado manteniendo conversaciones con el mismo, sin notificar a la policía. Se supone que hoy nos veríamos cara a cara y no estaba preparado para tanto en tan poco, pero si algo conocía a ciencia cierta, es que no era un cobarde. Evité toda la discreción posible con mi familia pero fue muy tarde cuando llegué a la estación policial y ví a Erick bajándose del auto con mamá.

No fue hasta que entramos a vi esa silueta tan conocida por las foto que circularon en internet de ella, que la reconocí, y por el suspiro cargado de pesar que dió mi hermano a un lado, sospeché que tenía el mismo sentimiento. El chico pelinegro con gruesas cejas y ojos claros estaba sentado en una de las sillas al lado de la recepción, mirando el suelo sin ninguna emoción. No lo había visto tan cerca hasta ese momento y evité a toda costa no pensar en lo mucho que nos parecíamos a pesar de todo.

—Ya llegaron. —murmuró el agente moreno, el que según se está al frente de la captura de mi.. de Patrick. Parecía aliviado de no tener que hablar más con la francesa—. Síganme a mi oficina, por favor. Señora Durand.. —esta vez le habló a ella, mientras la mencionada se cruzaba de brazos con altanería. —.. la agente Francis seguirá con su interrogatorio. —apunta a la mujer delgada con cabello corto y mirada seria que le mira sin una pisca de gracia.

La veo tragar saliva y suspirar, dándonos una última mirada antes de seguir a la policía. El chico sigue en su lugar, ausente.

»—Chico, la cafetería está al final del pasillo. Come algo, estas muy delgado. —le sugiere antes de prestarnos atención—. Aconpañenme, señores y señora Williams.

Lo seguimos a través del pasillo contrario. En un pequeño momento de debilidad cruzamos miradas y puedo ver lo mucho que le cuesta sostenermela. No sé que sentir al respecto, es mi hermano, ¿no?.

Medio hermano.

»—Es un gran chico, no se merece a los padres que tiene. —es lo último que dice Connor antes de entrar a la pequeña pero organizada oficina ambientada con un dulce olor que inunda mis fosas nasales—. Siéntense, por favor. —Erick le tiende su asiento a mamá, quien ha estado callada desde que llegó, mientras nos quedamos de pie, su lado. El oficial no se queja de ello—. Como sabrán, hemos dado con misteriosas llamadas telefónicas que había hecho la señora Durand hace unos días, la teníamos en vigilancia porque nos pareció demasiado raro que no se hubiera preocupado ni por un segundo de como y en dónde podría estar su es.. Patrick, ahora. —esposo, eso iba a decir.

La situación de Patrick Williams con dos esposas aún sigue siendo un molesto grano en el culo pero la prensa parece estar maravillada con el caso. Aún así, he notado que el oficial Connor solo llama esposa a mi madre, por alguna razón.

»—Por eso, habíamos colocado un micrófono insertado en su residencia en nuestra última visita y en efecto, le ha estado pasando bastante información estos últimos días.

—Encubrimiento agravado. —deduce Erick.

—Así es, pero como sabrán, no será apresada por su relación con Patrick Williams pero eso no la exonera de sobrellevar algunas multas y demás. Sin contar que le tendremos el doble de vigilancia, pero esa no la única razón por la que los hemos llamado. —se acomoda en su escritorio, colocando las manos sobre la mesa—. Tenemos una sospecha de dónde se puede estar quedando Patrick, y si nuestras sospechas son ciertas, va tras..

AGRIDULCE © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora