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Anastasia

Mi supuesto día de descanso se ve opacado cuando una llamada de Abigail llega a mi celular. Me dejó intrigada con su mensaje de una reunión sorpresa en Williams Construction Company. Lo que más me intrigó fue porque Christopher no me avisó, sino tuvo su secretaria que comunicarse con la mía y así hacerme llegar tal información.

No nos vemos desde nuestro tenso momento compartido en el elevador con Jason y Sophia Williams. No me ha llegado ni uno solo de sus mensajes y me preocupa que algo le haya sucedido.

Me visto lo más rápido posible y manejo con calma hacía WCC. Lo bueno de salir temprano de casa es que tengo todo el tiempo del mundo para llegar a la empresa.

Las puertas se abren ante mi presencia y tras un saludo a la recepcionista acudo al elevador.

—Buenos días a todos. —saludo cordialmente a cada empleado a mi alrededor. Todos dejan lo que están haciendo y corresponden mi gesto para continuar con su labor.

Camino hacia la sala de juntas justo cuando cada empleado con un puesto elevado en la empresa camina hacia al salón con mi misma intención. Miro la hora: mi un minuto más ni un minuto menos.

Entro y veo a Christopher de pie. Se ve muy guapo esta mañana dónde los rayos de sol hacen ver sus ojos más azules de lo que en realidad son. Su porte serio me intimida y sin más se sienta en su puesto al índice de la mesa, con brutalidad.

Está molesto.

Conozco sus gestos y lo sé por como tamborilea los dedos sobre la mesa.

La puerta se abre de repente, cuando cada uno está sentado en su lugar correspondiente. Jason frente a mi, al lado del máximo jerarca de la empresa, me sonríe hasta que la persona que acaba de entrar capta mi atención y la de todos los presentes.

Patrick Williams camina erguido, sin importar la ola de murmullos que se desata tras su llegada. Parece no importarle las miradas acusatorias que cada uno de sus antiguos empleados le dedica.

—Bueno.. ya que están todos aquí. —habla Christopher de repente; las facciones de su rostro se endurecen y evita mirar a su padre a toda costa—, que empiece el circo. —gira su silla, enfrentándose por primera vez a Patrick desde que entró y lo mira con una sonrisa burlona—. Puede empezar a hablar el máximo comediante.

La actitud del magnate me sorprende y confunde en partes iguales y por los rostros de los demás, apuesto a que nunca habían visto esta cara de la moneda.

—Bien. —el tono de voz de Patrick es igual al de siempre: recto, firme y sin preámbulos. No se deja intimidar ni por su propio hijo y si no fuera por la cero tolerancia que le tengo y las sospechas del asesinato de mis padres, podría ser un hombre a admirar para mi—. La reunión será breve, solo quiero informarles, ya que al parecer el director de Williams Construction Company pasa de divulgar la información —arremete con sarcasmo contra su hijo devolviéndole la acción—, de que este treinta y uno de octubre la empresa dará una reunión privada. ¿El motivo?. Pues como la mayoría saben, la constructora beneficia a cientos de compañías benefactoras y yo, principalmente, deseo elegir el día de Halloween para hacer una recolección de fondos para esta causa.

Otra vez se empieza a murmurar. El gesto me parece bueno, sin embargo no logro entender el enfado de Christopher.

—Un acto demasiado amable propio del gran Patrick Williams, sin duda. —comenta.

Su padre lo ignora, volviendo al tema.

—Las invitaciones se les hará llegar por email, los demás trabajadores de bajo rango ya fueron informados y ya se están moviendo para que dentro de dos días todo sea perfecto. Esto es todo, señores y señoras, que tengan un buen día. —y sin más se marcha, dejando la sala.

AGRIDULCE © [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora