Anastasia
—¡Mamá!.
La hermosa mujer de cabellos castaños se gira al llamado de la niña. Su rostro se ilumina resplandeciendo con una enorme sonrisa que abarca todo su rostro, de oreja a oreja. Abre sus brazos, agachándose a la par que la pequeña salta y se encarama encima de su madre.
Besa sus redondas y pequeñas mejillas, dándole un beso esquimal y dando volteretas que hacen reír a la infante, sosteniendo cada vez más el brazo de su progenitora.
Un guapo y fornido hombre las abraza por detrás, tomando por sorpresa a la mujer, quien da un ligero brinco en su lugar. Gira levemente la cabeza mientras cierra los ojos; su esposo besa cariñosamente su mejilla.
La pequeña restriega sus ojitos, presa del sueño, bostezando aún en los brazos de su madre.
Al abrirlos, gime asustada ante la imagen que le brinda sus ojos. Sus padres, aquellos que la sostenían fuertemente en brazos, sonreían con sus rostros ensangrentados. El vestido impoluto de la mujer, se encuentra ahora manchado de notables tonos rojos, mientras que en su estómago, la sangre empapa más y más el camisón.
«Anabelle..»
«Te amamos hija..»
«Pero nos has olvidado..»
«Eres una vergüenza para nuestra familia..»
«Tu castigo será acompañarnos..»
«En la vida o en la muerte, debemos estar juntos..»
El hombre toma a la niña por las axilas y la deja en el regazo de su madre, mientras peina su largo cabello castaño oscuro casi negro. Acerca un cuchillo al cuello de la pequeña la cual mira con incertidumbre y curiosidad el rostro sangrienta de su madre sin notar el filoso material cerca de acabar con su corta vida. El filo roza la suave y frágil piel y..
—¡No!.
Mi propio grito me despierta de la terrible pesadilla. Sostengo mi pecho tratando de calmar mi agitada respiración. Mis mejillas se empapan con las lágrimas que surcan, terminando en mi barbilla y cayendo en mi regazo.
Ha sido terrible..
Me asusto con la simple idea de saber que he vuelto a mi martirio. A qué aquellas largas e interminables secciones con psicólogos no ha hecho fruto y luego de varios años, han vuelto a aparecer aquellas pesadillas que me privaban de un merecido sueño.
Después de tanto tiempo.. ¿a qué viene ésto?.
Gimo horrorizada cuando el despertador de mi celular anuncia su particular sonido anunciando que ya es hora de despertar. Vislumbro las persianas de mi habitación, siendo invadidas por los rayos de sol que intentan por todos los medios de colarse dentro. Estaba tan sumergida en mis pensamientos que no noté que ya era de día.
«Vamos Anastasia, tu puedes. Siempre haz podido. Eres fuerte y lo sabes, ésto no es nada para ti»trato de animarme, aunque en el fondo, mínimamente, se que ésto me ha dejado tocada. Aún así, el día apenas acaba de empezar y si sé hacerlo, podrá acabar de una manera más favorecedora.
Me levanto de la cama y me ducho. Me pongo mi pijama favorito y me enredo de nuevo entre las calientitas sábanas de seda. Hoy es mi día libre, por lo que no pienso pisar la empresa, ni mucho menos WCC.
Miro la hora en el celular: 8:30 AM. Un claro recordatorio de que quede en verme con Jason a las 12 en The Empire, el hotel en el que se está quedando.
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AGRIDULCE © [COMPLETA]
RomanceCuando la sed de venganza es incontrolable, solo hay una manera de apagar su llama: haciendo justicia por nuestra propia cuenta. Anastasia Rumsfeld lo sabe más que nadie, por eso no podría vivir en paz hasta hacer pagar al culpable de la muerte de...