Juan Pablo; aquel pastuso hermoso que recordare en mi vida, aquel que me recordó lo que era querer a alguien luego de estar más de cinco años en soledad; aquel arquitecto que supo forjar sus cimientos en un corazón que ya no era apto para querer.
Hacía más de diez años que Arturo había conocido a un nariñense con el que tuvo una corta relación, hace más de cinco que tuvo su última relación y quizás la que más lo había marcado, porque ya no sentía ese amor de cuentos de hadas; por más que Arturo besaba sapos, no llegaba ese príncipe a su vida.
Enfocado en su trabajo, Arturo en lo que menos pensaba era en el amor, ¡si!, tal vez alguno de esos tantos sapos que besaba se iba a transformar en un príncipe, pero aún no era el momento. Sin querer ese príncipe apareció de la manera más común y extraña en la vida de Arturo, las redes sociales; poco a poco el chico fue captando el interés de Arturo, fue endulzándome el oído, misterio, palabras bonitas e interés. Fue así como aquel Arquitecto fue demoliendo barreras y empezó a construir las bases para forjar algo enserio, una relación, y ¡lo hizo!.
Al poco tiempo esa relación se forjó, todo iba bien, planes, metas, tiempo compartido, una relación nueva y diferente; el cual poco a poco iba incrementándose, a pesar de el difícil trabajo que tenían ambos, eran el apoyo el uno del otro (palabras raras como un te amo ocasionalmente casi nunca salían de la boca de ambos y tal vez quizás el te quiero era algo lindo que salía de ambos, pero se sentía algo forzado); pero Arturo había pasado mucho tiempo solo, y tal vez, quizás (por parte de Arturo) el haber estado tanto tiempo solo, acostumbro a aquel joven a vivir una nueva parte de su vida, a experimentar más el sexo y menos el amor (tal vez por eso habían fracasado las anteriores relaciones ¡no lo sé!); por parte de Juan Pablo había terminado hace poco una relación.
A pesar de intentar fortalecer y tratar de rescatar todo, la relación cada vez estaba hundiéndose, fue ahí cuando en un de esos descensos entró una tentación que enamoró a Arturo; no estoy poniendo de víctima a Juan Pablo o Arturo, solo las cosas se dieron y ya. ¿Cómo terminar algo que ya no tenía arreglo? ¿Cómo mantener en pie aquellos cimientos que ya estaban fracturados y poco a poco se desvanecían en su interior? ¿Cómo no herir algo que ya estaba hiriendo?
¡Gracias! Gracias Juan porque fuiste mi pilar en aquellas noches en donde me sentía desvanecer ante la impotencia y desilusión de un trabajo que me agotaba; gracias por ser ese amigo, ese compañero que me apoyaba en mis locuras; gracias por haber por unos meses la persona que quise, mi pareja, a la que adoraba achantar y encender al mismo tiempo; gracias porque me permitiste recordar que mi corazón aún late, aún sueña. Se que la pantera rosa que fue tejida con cariño y amor, será recordada y cuidada celosamente con esa misma pasión. Gracias por esa última noche que no te agradecí (la foto de esta historia)
¡GRACIAS MI REY BELLO, TE QUIERO MUCHÍSIMO!
ESTÁS LEYENDO
Arturo. début de la fin...
Historia CortaUn individuo que encuentra a través de historias cortas, relatar algunos episodios de su vida... Una historia real, contada a través de un personaje ficticio. Pido excusas, por lo que van a encontrar en el texto, algunas frases pueden herir sensibil...