EL GIMNASIO...

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Mantener un cuerpo perfecto según los estándares de la moda, es el sueño de algunas personas; diariamente a los gimnasios acuden cientos de personas para tener un cuerpo, un objetivo que cambia durante el transcurso del ejercicio en ese lugar, ya que dejan a un lado el objetivo del cuerpo, por mantener una salud óptima.

Arturo ingreso a la edad de verse bien, su físico ha comenzado a importar tal vez por la necesidad de ser visto, de que alguien se fije en él y tener una relación (ya que desde hace años no tiene ninguna); o tal vez por alguna otra razón como el sentirse un poco agotado física y mentalmente.

Sea cual sea la necesidad, aquel joven ya no tan joven, ingreso al gimnasio; y como todo principiante, sintió que va a pasar una que otra pena y va a ser observado por las personas más "expertas" que acuden a qué lugar; así era una que otra persona observaba lo que Arturo realizaba con un poco de burla, otros por el contrario apoyaban a Arturo en aquellos entrenamientos.

Una práctica a la que el cuerpo se va acostumbrando y poco a poco se van observando los resultados; pero Arturo desde un principio sabía que así lo miraran como un bicho raro, no podía esforzarse demasiado debido a su lesión y era mejor enfocarse en sí mismo y no mirar a los otros. Aunque era difícil no mirar a las otras personas, mujeres con un cuerpo muy definido, definido por las cirugías que se habían realizado y trataban de cuidar con el ejercicio, mujeres con un cuerpo un tanto "no femenino" (mencionado por algunas personas), hombres con cuerpos muy marcados los cuales no inspiraban ni un mal pensamientos, daban una sensación diferente; hombres con buen cuerpo a los cuales solo había que desvestirlos con la mirada; y por supuesto se encontraban personas conocidas como aquel pediatra que Arturo había visto años atrás de sonrisa encantadora, si en uniforme se veía muy guapo, en traje deportivo se veía interesante.

Todo en el gimnasio transcurría lo más normal posible, todas las mañanas Arturo llegaba al gimnasio por su rutina diaria; pero llega un momento en el que el cuerpo te hace sentir pena, había sucedido meses antes que por un mal movimiento, por levantarse del piso Arturo se había luxado el hombro, esta vez seria en el gimnasio; mientras Arturo realizaba un ejercicio, sintió que su hombro se zafaba, no sintió dolor ya que era "algo natural", pero sintió un poco de pena al estar en medio de aproximadamente cuarenta personas, aun así llamo al instructor y trataron de solucionar las cosas, era necesario ir a la clínica.

Luego de semanas de recuperación, Arturo regresaba un poco apenado al gimnasio, trataba de ocultarse de los que lo vieron así; pero luego o tal vez ese mismo día se relajó, para Arturo las luxaciones eran algo normal y así mismo debían ser para las otras personas.

Sin darse cuenta Arturo había dejado la mentalidad de ir al gimnasio por el cuerpo perfecto y comenzó a ir al gimnasio por una buena salud; su físico había mejorado un poco, pero su mente había dado un giro de 180 grados, poco a poco fue dejando un pensamiento depresivo, y encontró en el gimnasio y en el deporte, la manera de como liberar esa tensión que sentía, esas ganas de morir y esa tristeza que lo aconsejaban día a día.

"SÓLO UNA COSA CONVIERTE EN IMPOSIBLE UN SUEÑO: EL MIEDO A FRACASAR..." PAULO COELHO

Arturo. début de la fin...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora