MÍA...

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Cada ser humano es un mundo, cada ser humano tiene su pro y su contra; cada ser humano es un animal sociable que necesita de su par para sobrevivir; debe vivir su vida; pero este ser humano se esta asfixiando lentamente por culpa de el mismo.
Al igual que esta canción, este texto representa mis sentimientos más personales. ¡Tengo miedo de mi mismo!, y lo he gritado a los cuatro vientos de una y mil maneras, pero mi silencio ha sido una bomba nuclear que me afecta interna y externamente, poco a poco ha ido alejando a las personas, he dejado de ser sociable para no afectarlas, para protegerlas porque las estimo, porque las quiero, no quiero verlas mal como yo lo estoy; y es quizás eso que está desangrando mi ser.
No se desde que momento aquel monstruo de muchas personalidades apareció en mi vida, con su cara inocente fue tomando fuerza, ganó mi confianza, supo de mis fortalezas y mis debilidades; aquel monstruo lo he herido, lo he encadenado, pero sus gritos a veces me aturden.
Y se que a pesar de que esté al filo del Barranco mirando hacia el horizonte a un futuro incierto, el me acompaña y no quiere destruirme; o quizás es el síndrome de Estocolmo que me lleva a pensar que solo los dos somos in-felices.
Necesito un abrazo, un abrazo que aturda al monstruo, un abrazo que diga "todo está bien", un abrazo diario que no llegará; aquel monstruo no lo aceptará y te puede agredir; pero aquel corazón herido y protegido por su agresor te lo agradecerá, lo fortalecerás, lo harás liberar y llorar internamente mares de luchas de confianzas y desconfianzas.
Aquel monstruo sabe cómo afectarme, poniéndome a pensar consecuencias de sucesos que están próximos a darse, provocando que ingrese a mi mundo imaginario en donde me protejo y a su vez me agredo; pero al pensar en cosas que a veces se hacen realidad o no, me hace fuerte; me cierra una puerta, pero me abre una ventana llena de soluciones. Tal vez es por eso que me enamore de mi monstruo.

Su destrucción en mi mundo, es mi renacer en su mundo; nuestra relación es fuerte y nos apoyamos mutuamente; me hace fuerte, me incita a la creatividad, lo alimento de mi inseguridad y de mi perfeccionismo.
Aunque en ocasiones lo traicionó y lo hiero cuando me enamoro de un tercero o me enfoco en mí, provocando que desaparezca de mi mente, dejándolo libre en su jaula.

Maybe that's why I love fairy tales and their happy endings; since my monster loves unhappy endings and those stories don't have them.

Arturo. début de la fin...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora