VIADUCTO MAGDALENA...

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¿Cómo iniciar este corto relato?; Arturo me presto su escrito para liberar los sentimientos que viví aquel día.

Con mi mamá iba rumbo a una nueva vida, recorriendo lugares nuevos, bellos y extraños para mi; atrás dejaba mi hogar por aquellos ocho años, durante aquellas horas en aquel bus conocí nuevos amigos, había a mi alrededor muchos sueños e ilusiones por vivir; todo iba bien.

De pronto se escuchó una voz fuerte, diferente a la música que se escucha, la cual decía ¡¡¡agarrense fuerte!!!; el día de oscureció en ese momento y mi cuerpo empezó a caer, pequeños riachuelos rojos empezaron a brotar y con ellos gritos aturdidores. Una sombra que no viajaba con nosotros llegó a aquel bus y empezó a calmar a algunas personas.

Vi la luz, un sol que reflejaba algo que no creía suceder; las personas corrían agitadas y sacaban a otras personas con sus caras bañadas en un sudor rojo; mi dolor de cabeza se incrementaba cuando escuchaba aquellos gritos de miedo y angustia. Pero mi mamá estaba a mi lado; ya no estábamos sentadas en aquellas sillas cómodas en las que habíamos viajado por más de dos días, estábamos sentadas en el piso de aquella carretera; mi preocupación llegó cuando escuché a mi mamá gritar de su dolor de espalda, aunque trataba de no demostrarlo para no asustarme. Poco a poco vi como gente extraña llegaba a observar lo que había pasado, y otros a colaborar; y fue ahí cuando volví a ver a esa sombra, sutilmente calmó y silencio a aquella amiga que estaba al lado de nosotros, (aunque no la reconocía porque aquel sudor rojizo era tanto que le había cambiado la cara), delicadamente la fue acostando.

No sabía que hacer, no quería alejarme de mi mamá; yo estaba asustada pero no quería demostrarlo, soy fuerte aunque tenía miedo, esa sombra se acercaba a nosotros y tocaba a mi mamá pero se alejaba; por el contrario abrazaba a un señor que lo acostaron boca abajo (el señor no hablaba, quizás estaba dormido y no se dio cuenta lo qué pasó).

De pronto se acerca a mi una persona y me pregunta mi nombre y como me encuentro; le contesto "me llamo soledad y estoy bien aunque me duele la cabeza, pero mi mamá le duele la espalda"; el con sus guantes blancos toca a mamá y nos dice que todo está bien; el miedo que tenia cesa un poco al escuchar eso.

El con sus guantes blancos empieza a acercarse a cada persona y poco a poco aquel temor empieza a calmar; no se si el no ve la sombra, pero esta empieza a pelear con él; mientras el cesa los gritos de las personas que están en el piso, aquella sombra empieza a saltar en las personas para que ellas griten y suden ese color rojizo aún más.

De pronto el señor de guantes blancos se acerca a tocar al señor que está boca abajo dormido (aunque el hermano intenta despertarlo no lo logra); pero es ahí cuando aquella sombra se sienta en el señor boca abajo y lo calma como a la señora.

Para que descansen tranquilos y no les de el sol, les colocan cobijas encima. Y es la última vez que veo la sombra y el joven de guantes blancos.

Al final, ese viaje soñado y esas metas y sueños por cumplir quedaron a medias; quizás lo olvide, tal vez no, pero ver como aquella sombra calmaba el dolor de esas personas quedara ahí.

¡¡¡Trato de ser fuerte y no llorar, lo hago por mamá!!!

Arturo. début de la fin...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora