Arturo. début de la fin...

LA PRACTICA...

Poner a prueba tus conocimientos es un acto que se realiza en tu vida diaria, y una manera de conocer que tanto sabes y eres capaz de hacer. Usualmente cuando realizas practicas muchas de estas pueden fallar, pero de estos errores es muy importante aprender.

Está a punto de terminar esta etapa de aprendizaje; Arturo había sobresalido por manejar muy bien los temas expuestos, pero era hora de manera la práctica, estar en contacto con pacientes reales.

Prácticas que se realizaban en todo tipo de áreas, algunas muy aburridoras ya que no había los pacientes necesarios o simplemente no había nada interesante que hacer; otras por el contrario donde había un gran movimiento y Arturo debía respirar para no estresarse, no por los pacientes, por los auxiliares.

Desde un principio Arturo sabía que iba a sentirse un poco aburrido y largos días iba a tener en el área de pediatría, y así era; Arturo no gustaba de los niños, verlos sufrir era una tristeza muy grande para él, pero la lograba superar cuando llegaba la visita del pediatra, un pediatra que se veía muy interesante y no solo lo pensaba el, sino las otras enfermeras.

A cada área que llegaba Arturo encontraba algo interesante por ver, aquel ginecólogo alto, acuerpado, de cabello mono y piel clara que revisaba a las pacientes con sus manos y conlleva a que Arturo tuviera malos pensamientos, o aquel enfermero jefe, de cabello oscuros, atlético, de sonrisa un poco hipócrita pero de mirada encantadora, que cada vez que hablaba daban ganas de besar esa boca un poco carnosa; personas interesantes que hacían más ameno el turno; o también podía encontrar pacientes con los que sentía mucha empatía y a la vez se sentía orgulloso por enfretar la enfermedad como aquellas personas lo hacían.

Una de ellas fue una joven que padecía cáncer, una mujer con una gran sonrisa en su cara que cada mañana se cepillaba el cabello y veía caer su hermoso cabello al piso; pero que aun así no se sentía derrotada, sonreía a la vida y la vida le daba nuevas oportunidades.

Otra paciente que siempre recordara es una mujer de la tercera edad cuyas piernas habían sido amputadas por la diabetes; una mujer luchadora que, a pesar de su enfermedad, se alegraba de estar viva, se alegraba de tener a su familia unidad, una gran sonrisa, algunas lágrimas que se camuflaban con un agradecimiento.

También aquellos nacimientos, nacimientos muy serenos y especiales (como en las novelas, con el papá del bebe y todo muy tranquilo), o nacimientos traumáticos para la madre y para todos los asistentes, debido a los gritos de aquella madre y que a veces daban ganas de decirles a las madres "nadie la mando andar de caliente y abrir las patas", pero recuerdas que eres profesional.

"AUNQUE LOS DÍAS SEAN OCUPADOS Y LA CARGA DE TRABAJO SIEMPRE CREZCA, TODAVÍA HAY ESOS MOMENTOS ESPECIALES EN LOS CUALES ALGUIEN DICE O HACE ALGO Y TE DAS CUENTA QUE HAS HECHO UNA DIFERENCIA EN LA VIDA DE ALGUIEN. POR ESO ME CONVERTÍ EN UNA ENFERMERA..." DIANE MCKENEY