Capítulo 1

7.2K 280 52
                                    




-¿Puedes entonces contarme qué es lo que recuerdas de esa noche? -asentí.

-Necesito ir al baño -grité para que me escuchara cuando la canción acabó-. ¿Quieres ir?

-Si quiero, pero estos zapatos me están matando. Iré a sentarme un momento -miré a mi amiga con fingida pena y asentí antes de salir disparada hasta el sanitario.

Terminaba de acomodar mi pelo para ir de vuelta con mis amigos, cuando un chico entró. Lo miré divertida.

-Creo que te equivocaste de baño -sonreí.

-No lo creo -respondió serio.

Grité pidiendo ayuda, pero la música estaba muy alta y cuando intente correr hasta la salida me atrapó y colocó un pañuelo sobre mi cara con un olor imposible de soportar, no podía creer que estaba pasando de nuevo.

Desperté en la parte trasera de un auto en movimiento y un hombre en traje estaba a mi lado, me incorporé en el asiento y nuestras miradas chocaron por primera vez, me tensé incrédula quedando en completo shock y él sonrió disfrutando de mi reacción.

-¿Crees que me perdería tu cumpleaños, Mon Amour?

Me miró impaciente, aunque me había pedido en incontables ocasiones que le contara mi historia y por más que me preguntaba acerca de ese día, no podía sacar una sola incongruencia en mis palabras. Mi terapeuta estaba evidentemente frustrada.

-Digamos que te creo -lanzó después de un rato y levanté mi vista hasta ella-. Explícame entonces, ¿por qué habría estado oculto para aparecer un día así sin más? Y si apareció, ¿por qué volvió a irse? -notó que no tenía respuestas para esas preguntas y continuó.

-Abigail, después de todo lo que me has contado sobre él, como era, las cosas que hacía para estar contigo y de todo lo que fue capaz de hacer por ti, se me hace casi imposible creer que haya estado vivo todo este tiempo, ocultándose de ti, no tienen nada de sentido.

-Lo sé, lo sé -me levanté y empecé a dar vueltas desesperada por su oficina-. Pero entonces, ¿por qué no puedo sacar de mi cabeza esa maldita noche? Lo vi, juro que lo vi -sin poder evitarlo, lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas-. No fue un sueño, estaba ahí. Fueron pocos minutos pero lo vi, me besó tan apasionadamente como siempre. Es imposible que haya sido solo un sueño.

-¿Cómo explicas entonces que hayas despertado al día siguiente en tu habitación como si nada? -suspiré y se acercó a mí-.¿Quieres que te diga lo que pudo haber pasado basada en mi experiencia? -asentí con curiosidad.

-Para mí es simple entenderlo. Esa noche, después de tanto tiempo, volviste a ser feliz. Era tu cumpleaños, el padre de tus hijos te hizo esa hermosa propuesta de matrimonio y estabas celebrando con tus amigos en ese paradisiaco lugar. Olvidaste por un momento el pasado y por fin te centraste en el presente -hizo que me sentara de vuelta y continuó.

-Pero cuando fuiste al baño y te viste en el espejo, quizá todo vino de golpe. Te sentiste tan culpable de haberlo olvidado por un rato que entraste en una crisis. Pienso que todas esas sensaciones más el alcohol en tu sistema te jugaron una broma de mal gusto.

-De alguna manera lograste llegar a tu habitación y tu cerebro sabio, tratando de protegerse, creo para ti esa escena que tan bien recuerdas.

Me quedé viéndola. La manera tan segura en la que hablaba helaba la sangre, sentía como si me estuviera contando una historia en la que la protagonista era otra y no yo. Todo encajaba de manera perfecta, todo ahora tenía un sentido lógico.

Necesitaba tiempo a solas para pensar y aunque a la sesión le quedaban unos minutos, ambas estuvimos de acuerdo que había sido suficiente por hoy.

Caminé hasta el parqueo donde ya me esperaba mi séquito.

EscógemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora